En el día de ayer quedó habilitada la posibilidad de realizar turismo interno dentro de la provincia. Con esta actividad volverán los circuitos que podrán ser los habituales ya conocidos, o nuevos circuitos que puedan ser creados para hacer más interesante las propuestas que se están efectuando en este sentido. Ante cualquiera de estas posibilidades es importante la puesta en valor que hay que hacer de estos sitios y su inclusión dentro de un relevamiento, a fin de que los prestadores de servicios turísticos estén debidamente informados de lo que cada uno ofrece.


Para ello hay que hacer un repaso del significado simbólico que tiene cada espacio a recorrer, teniendo en cuenta que un circuito está conformado por el patrimonio de una comunidad.


El patrimonio de la comunidad para el turismo, comprende el ambiente, que incluye la naturaleza y la cultura de ayer y del presente, en una dimensión tangible e intangible. Recorrerlo supone no sólo el traslado en el espacio sino también en el tiempo, haciendo destino de un lugar y con frecuencia de un ayer.


La interacción en tanto sustento, atributo y actividad, se aprecia en tres espacios:

  • Sitios: Son singulares y diferentes como el paisaje, la ciudad, la fiesta que en su identidad cultural significativa y vivencial se tornan en unidades relevantes para la conformación de un destino turístico. Los sitios pueden ser rescatados en turismo a través de la articulación de los intereses y expectativas generada. La interacción de los sitios como ambiente, patrimonio y turismo, atento a las implicancias y alcances que se le asigna, exige ubicar el lugar desde donde se reflexiona, en tanto la ubicación y la actividad confieren el sentido de enfoque al desarrollo del tema, seleccionando en cada sitio, para su mejor vivencia.
  • Ambiente: Son las condiciones y circunstancias físicas, sociales y económicas de un lugar y de una época. Es la confluencia de la naturaleza y la cultura donde se presentan y generan condiciones para actuar en cada uno. La imagen del ambiente puede graficarse en la superficie, en la interacción de la naturaleza y de la sociedad, sin perjuicio de las diferentes formas e intensidades. La sociedad se proyecta sobre el espacio donde diferentes modos históricos sirven de soporte e implican una estratificación de espacios y tiempos calificados según la naturaleza que las relacionen con las actividades y los modos de existencia de los grupos sociales.
  • Patrimonio: Es el recurso disponible de un sitio para ser utilizado como tal. Con él se reivindica la naturaleza y en su función se identifica como propio de una comunidad la cultura común para quien la reconoce, la gestiona y la goza


Para definirlo se asocia al patrimonio cultural, teniendo en cuenta en conjunto la naturaleza y la cultura cuya proyección constituye el paisaje de un sitio. La apreciación dada por el mercado que visualiza y reivindica el patrimonio, lo rescata en función del intercambio. La sociedad estima e instala en el patrimonio su obra, en función del arraigo e identidad. Así tanto el patrimonio arquitectónico y urbano es considerado como apoyo para la memoria social y justifica la presencia de los habitantes como protagonistas de su destino al formar la continuidad en el proceso de construcción en el entorno.


Debemos tomar al turismo como una actividad con expresión en tiempo y espacio, que realizan personas durante su traslado y estadías, en lugar diferente de su entorno habitual, ampliando su visión tradicional en el uso de tiempo libre, que centra su sentido en la necesidades y aspiraciones de descanso, recreación y creación. Es por ello que hay una interacción entre ambiente, cultura y turismo, donde se considera al patrimonio como una actividad turística, donde se remite como atributo del recurso turístico y una expectativa del turista que la diferencia de otras opciones.

Por la Lic. María Teresa Forradellas 
Licenciada en Turismo. Especialista en Turismo Cultural.