Señor director: 


Ante la palabra violador, automáticamente la asociamos con "falencias éticas o desvíos de conductas''. Pero los hay en todos los órdenes. Mencionando algunos otros existentes, y con niveles de indignidad decrecientes, le siguen: de conciencias, como los gobernantes que mantienen cautivos a los pobres e indigentes con métodos extorsivos inmorales, para construir poder y enriquecerse con los recursos del Estado. Los gremialistas, que con relativamente legítimas reclamaciones remunerativas, eluden la obligación de educar a los niños de las escuelas públicas, enrolados en algunas de las corrientes políticas del peronismo, olvidan los dichos de su creador: "los únicos privilegiados son los niños''. 


Aquellos que enmascarados y con palos, toman la vía pública e impiden que las personas y transportes realicen con normalidad sus actividades diarias. Los que profanan a los próceres reconocidos - tildaron a Domingo Faustino Sarmiento como pro - yanqui -, para obviar la monumental ley 1420. Los de la historia, que pretendieron sepultar la gloriosa gesta de nuestro nacimiento como país, para sustituirla por el inicio de una gestión de gobernantes paranoicos.