Desde distintas bodegas sanjuaninas dijeron que la salida a la falta de envases que sigue agravándose es contar con facilidades para importar botellas de otros países. Sin embargo, desde el Ministerio de Producción local se insistió en que la solución la debe dar la Cristalería Cattorini, que está ubicada en la provincia y como tal, debe proveer a este mercado antes que a otras provincias o países.

El tema cobró actualidad al conocerse que el gobierno mendocino y Bodegas de Argentina han pedido la semana pasada a la Nación que elimine las alícuotas por aranceles de importación de botellas y que considere aplicar subsidios del costo de las importaciones extra zona, para amortiguar el incremento del flete marítimo. El ministro de Economía de Mendoza, Enrique Vaquié, le escribió el viernes una carta al flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, explicándole la problemática por la falta de envases que afecta a la industria vitivinícola. Y Bodegas de Argentina se dirigió al ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, con el mismo pedido. En Mendoza el tema se agravó hace unas semanas, luego del incendio de la fábrica Verallia -una de las tres cristalerías que hay en el país junto con Cattorini y Cristalerías Rosario. En San Juan, rápidamente desde algunas bodegas salieron a sumarse al pedido. "Sí, estoy de acuerdo en que hay que pedir facilitar la importación", dijo Mauricio Colome, desde el área Logística de bodegas Casa Montes. Añadió que el problema de comprar botellas fuera de país encarece los costos porque pagan derechos de importación, y también admitió que habrá que buscar de dónde se traen envases porque en Chile también hay faltantes. Oscar Biondolillo, desde la bodega Aguma, dijo que no sabe si importar será la solución definitiva "pero sí va a ayudar, porque el que importe ayuda a descomprimir al resto que no puede importar". El empresario dijo que desde el mes de julio que no recibe botellas de la fábrica Cattorini, y que peligra una exportación a Finlandia, que iba a ser la primera vez que enviaba su vino sanjuanino a ese país. Agregó que la fábrica se había comprometido a una entrega de envases para el 6 de septiembre, que se postergó para el 20 de septiembre primero y para el 4 de octubre después. "Ayer me la pasaron para el 20 de octubre y sin confirmación" contó el sábado Biondolillo. Agregó que tiene fecha límite de embarcar el pedido el 31 de octubre y no lo puedo confirmar porque no tiene botellas. "No creo que nadie en la cámara de bodegueros no esté de acuerdo con la importación, pero aún no lo hemos tratado. Creo que no va a ser la solución definitiva pero va a ayudar". Por su parte, Augusto Martín Berzencovich, de Bodegas Borbore, dijo que apoya la importación, "pero sólo en forma temporal, por un tiempo". Su idea es que se debe solucionar el faltante de botellas en el país, facilitando las herramientas del Estado para que las cristalerías puedan producir más.

LA OPINIÓN OFICIAL

El ministro de Producción y Desarrollo Económico, Andrés Díaz Cano, en cambio consideró que la importación de botellas no será la solución para la industria sanjuanina, sino que el problema lo tiene que resolver la fábrica Cattorini que está ubicada en la provincia. Para sostener su argumento hizo cuentas: las bodegas locales precisan 4,7 millones de botellas para cumplir sus compromisos de comercialización hasta fin de año, y destacó que esa cifra Cattorini la puede solucionar con la producción de una semana, dado que fabrica 600 mil botellas diarias. "El problema lo tienen los mendocinos porque se ha quemado la fábrica Verallia", dijo y arremetió contra la cristalera local. "Nosotros tenemos la empresa en San Juan y la obligación de la empresa Cattorini es cumplir con los compromisos de los sanjuaninos en primer término. Ellos ya han conversado con la cámara de bodegueros, han llegado a un acuerdo de provisión que todavía no se cumple en su totalidad", indicó.

La oferta y la demanda de botellas


La industria vitivinícola utilizó en el período 2016/2019 un promedio de 800 a 900 millones de botellas por año. Esa cantidad se elevó a 1.000 millones en 2020 como consecuencia del crecimiento de las exportaciones y consumo interno, debido a las nuevas ocasiones de consumo originadas por la pandemia, según datos aportados por Bodegas de Argentina. El 25% de los envases se destinan a los productos embotellados de exportación (vinos y espumantes), mientras que el 75% restante, van al mercado interno. La capacidad de producción instalada de las 3 cristalerías que tiene el país es de unos 800 millones de envases por año. Es decir que capacidad de producción y consumo estaban prácticamente equilibrados en el período 2016/2019 y totalmente desajustados en el 2020. El faltante durante dicho año, se cubrió con stocks remanentes e importación de algunos envases especiales.

Bodegas de Argentina dijo que la situación llevó a las empresas fabricantes a tomar decisiones de inversión sobre finales del 2020 que estarían entrando en producción en octubre del 2021. Cattorini, habilitaría un nuevo horno en su planta de Mendoza y Verallia suma una nueva línea de producción. Éstas inversiones estaban destinadas sólo a equilibrar en parte las necesidades de las bodegas y entrarían en producción para abastecer el último cuatrimestre del 2021, período que coincide con el pico de necesidades, tanto para mercado local como exportaciones. El 60% de las botellas para vinos las produce Cattorini Hnos, el 35% Veralia y el 5% restante Cristalerías Rosario.