Las cuentas públicas de Argentina continúan reflejando la desaceleración que sufre la economía del país desde finales del 2008, cuando la crisis internacional profundizó el deterioro que arrastraba por problemas domésticos, aunque el escenario dista de ser caótico.
Los datos económicos publicados ayer muestran que la política anticíclica del Gobierno está afectando el frente fiscal, mientras que el derrumbe de la inversión y un consumo aplacado hundieron las importaciones, y la baja de los precios internacionales de las materias primas golpeó las ventas al exterior.
El jueves el Gobierno informó que el PIB creció un 2,0% interanual en el primer trimestre del 2009, el menor ritmo de expansión desde la crisis del 2002, con un derrumbe del 14,2% de la inversión y el consumo privado con alza de apenas el 1,5%.
Y ayer el INDEC difundió una caída del 85% del superávit primario, clave para el pago de la deuda pública, a 915 millones de pesos en mayo desde los 6.026,3 millones de igual mes del 2008.
El Gobierno acumula en los primeros cinco meses del año un superávit primario de 6.258,7 millones de pesos, lo que aleja las posibilidad de alcanzar la meta de 36.428,4 millones.
"Este año 2009, complicado para la economía y las finanzas públicas mundiales, se viene realizando una política fiscal activa destinada a fortalecer al mercado interno", dijo el Ministerio de Economía.
El gasto primario mostró una subida interanual del 33% en mayo a 23.519,5 millones de pesos, mientras que los ingresos primarios subieron apenas un 3,0%
a 24.434,5 millones.
La balanza comercial de mayo mostró una caída del 49% interanual en las importaciones, en el mayor retroceso en lo que va del 2009, a 2.660 millones de dólares, mientras que las exportaciones retrocedieron un 18% a 5.138 millones.
"La baja de las importaciones es fundamentalmente por caída del consumo", dijo Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importaciones de Argentina.¸··
