El ministro de Economía, Amado Boudou, ayer evitó otra vez mencionar la palabra inflación, y optó por reconocer la existencia de "una gran dispersión de precios", por lo cual instó a la población a "que busque" entre los distintos comercios para conseguir los valores más convenientes.

"La gente tiene que buscar porque hay una gran dispersión de precios y nosotros ponemos énfasis en los que tiene el Mercado Central, que son precios claritos y que se mantienen", recomendó el ministro. El titular del Palacio de Hacienda, al igual que otros funcionarios del Gobierno, se cuidan de mencionar la palabra inflación, y prefieren otros diagnósticos como "tensiones" de precios, o en este caso, "dispersión".

La definición de Boudou se da en un marco en el cual, según el INDEC, la inflación de 2010 fue de 10,9 %, mientras que estimaciones de las consultoras privadas arrojaron un aumento de precios superior al 25 %.

La brecha entre la medición oficial y los cálculos de las consultoras privadas comenzaron a inicios de 2007 cuando empezó la intervención en el directorio del INDEC, con funcionarios cercanos al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Boudou también deslindó responsabilidades del Gobierno por la suba de precios, y culpó nuevamente a los empresarios. "Cuando hay alguna dificultad con algún precio, el Gobierno sale a atenderlo, pero no es el Gobierno el que sube los precios, sino algún sector empresarial o comercial", argumentó.

Justamente, esta semana, la Unión Industrial Argentina advirtió sobre una remarcación de precios en caso de que se den "pujas distributivas descontroladas" con encendidos reclamos salariales.