Nota de La Nación

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía argentina se recupere y crezca un 5,8% este año, un rebote que permitirá recuperar algo del terreno perdido durante los tres años de recesión que comenzó con la crisis cambiaria en el otoño de 2018, y luego se profundizó con la pandemia del coronavirus y la incertidumbre sobre el rumbo del país.

El rebote de la Argentina será más el fuerte dentro del grupo de las cuatro economías más grandes de la región que completan Brasil, México y Colombia, pero quedará por debajo del de Perú y Chile, las dos economías que resurgirán con más fuerza en América latina. Perú y la Argentina fueron los dos países que más sufrieron el golpe de la pandemia en el hemisferio, y los dos únicos que sufrieron una caída de dos dígitos –11 y 10 por ciento, respectivamente– en 2020.

El Fondo prevé además que el rebote de la economía se desinflará con una magra expansión del 2,5% el año próximo. El desempleo caerá al 10,6% este año, y al 9,3% en 2022.

Los pronósticos surgen del Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés) que difundió en Washington el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la apertura de la Reunión de Primavera del organismo y el Banco Mundial, que este año, al igual que el año último, será virtual. El informe se hizo eco del renovado optimismo que las vacunas sembraron en la recuperación de la economía global, aunque también dejó sentada la preocupación por las “divergencias” que deja la pandemia.

“Ahora proyectamos una recuperación más fuerte en 2021 y 2022 para la economía mundial en comparación con nuestro pronóstico anterior, con un crecimiento proyectado en 6 por ciento en 2021 y 4,4 por ciento en 2022”, señala el trabajo. “No obstante, las perspectivas presentan desafíos desalentadores relacionados con las divergencias en la velocidad de recuperación tanto en los países como dentro de ellos y el potencial de daños económicos persistentes a causa de la crisis”, agrega.

A pesar de que la recuperación del país está por arriba de las expectativas de unos meses atrás, la reactivación será más débil a la de otras economías emergentes, e incluso a la de algunas potencias que pudieron desplegar más recursos para enfrentar el golpe del coronavirus, y accedieron más rápido a las vacunas aprobadas contra el virus. De hecho, ayer, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, hizo hincapié en la necesidad de mejorar el acceso a las vacunas para los países de menores ingresos.

Entre las naciones desarrolladas, Estados Unidos, que ya destinó 5 billones de dólares para combatir la pandemia, crecerá este año un 6,4%; Francia crecerá un 5,8%, España un 6,4%, y el Reino Unido, un 5,3 por ciento. Las economías emergentes crecerán en conjunto un 6,9%, lideradas por India, que se expandirá un 12,5%, y China, con un 8,4 por ciento. Turquía, que sufrió en carne propia la desconfianza de los inversores al igual que la Argentina, logrará enarbolar un rebote mejor, del 6 por ciento. Vietnam y Malasia, dos de las economías más dinámicas del sudeste asiático, crecerán un 6,5% cada una.

Tal como ocurrió con los últimos pronósticos, el FMI evitó ofrecer sus proyecciones para la inflación debido a las negociaciones en curso en busca de un nuevo programa. El ministro de Economía, Martín Guzmán, sigue diciendo que cumplirá con la inflación prevista en el presupuesto, que prevé un alza de precios del 29% este año. Analistas esperan una inflación del 48,1% para este año, según el último relevamiento de expectativas de mercado del Banco Central. Guzmán también ha previsto que la economía puede llegar a enarbolar un rebote del 7% este año, superior a la previsión del Fondo.