La expansión del coronavirus tendrá un inevitable impacto negativo en todas las economías del mundo y por supuesto, San Juan no será la excepción. Si bien resulta aún difícil medir cuál será la incidencia real de la pandemia sobre el Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia, pero en el gobierno tienen algunas proyecciones de cómo va a empeorar la economía local por la pandemia y son impactantes.

El ministro de Obras y Servicios Públicos, Julio Ortiz Andino, las presentó el viernes pasado, en la reunión de Obras y Energía, en el marco del Acuerdo San Juan. Allí advirtió que el Producto Bruto Geográfico (PBG) de San Juan podría caer a -10% hacia fines del 2020, cuando a principios de este año se había ubicado en 3,8%. El PBG mide la actividad económica y es un indicador clave para evaluar el crecimiento económico de la provincia, la eficiencia de su aparato productivo y el bienestar de su población. Este indicador es el equivalente provincial del Producto Bruto Interno del país. Ortiz Andino explicó que esa caída tan fuerte de la actividad económica local pegará inexorablemente en el desempleo de manera negativa. Dijo que mientras el último dato disponible de principios de año ubica el desempleo en 3,3% (exactamente es del 3,25%, según INDEC), hacia fin de año se estima que rondará el 8%. Es decir, se estima que más del doble de los sanjuaninos en condiciones de trabajar no podrán hacerlo como consecuencia del desastre que dejará la crisis económica a consecuencia del Covid-19. Lo mismo con el índice de pobreza que actualmente en la provincia es del 32,3% crecerá al 45%, y el de indigencia que se ubica en el 3,4%, trepará al doble, a un 7%, según las proyecciones oficiales del Gobierno provincial. A partir de esas cifras, y si bien todos estarán afectados, se puede analizar que algunos sectores saldrán peor que otros de la pandemia. Por ejemplo, los productores de bienes de la economía -agro y ganadería, industria manufacturera y explotación de minas y canteras- han seguido en actividad aún durante la cuarentena y pueden estar un poco más equilibrados. La vitivinicultura sigue aumentando exportaciones, el consumo interno de vinos aún refleja cifras positivas; y la minería ha podido continuar produciendo. La construcción sufrirá un recorte inevitable en su expansión pero será apuntalada en cierta medida por la obra pública. Es de esperar que el sector electricidad, gas y agua sufrirá una contracción por la caída de los otros sectores. Ahora, en el grupo de los Productores de Servicios el panorama es muy negativo. Especialmente en el comercio, que estuvo más de 50 días cerrado por la cuarentena, sufrió un derrumbe de ventas y es de esperar más cierres de locales, mientras que la situación de los Servicios de hotelería y restaurantes es catastrófica y seguramente muchas empresas van a sucumbir.

A nivel nacional, se estima que el PBI caerá 12%, cuando en mayo se esperaba una contracción del 9,4%, según informó el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) realizado por el Banco Central (BCRA) en el mes de junio. De esta manera, la cifra supera el 9,9% estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).