Con la última suba del 3,5% a partir del sábado 19 de septiembre, en lo que va del año las naftas en San Juan se han incrementado un 9,41%, pero en el sector ya hablan de que los precios siguen atrasados. Por eso anticipan que habrá un nuevo aumento en octubre, hasta totalizar al menos un 4,5% para fin de año. La razones son dos, la actualización de una carga impositiva y el retraso del valor del litro de combustible en el país con respecto a su costo en el mundo.

Desde marzo, y por decisión del Gobierno nacional, los valores de los combustibles estuvieron congelados, y recién se tocaron en agosto, con un incremento del 4,5%. Haciendo historia, en enero en la provincia el litro de la Súper de YPF, la petrolera que domina el 57% del mercado, estaba en 57,89 pesos, y en marzo trepó a los 59,09 pesos. Después de 5 meses, en agosto alcanzó los 60,93 pesos y en septiembre llegó a 63,34 pesos, su valor actual. Si se aplica el 4,5% que dicen que falta, el valor del litro llegará a fin de año a los 66,19 pesos.

"Los precios están desactualizados con respecto al valor del combustible en el mundo", dijo ayer Analía Salguero, titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de San Juan. Y agregó que "en un país con alta inflación como el nuestro, estos valores son inviables". Sostuvo que el negocio de los estacioneros se trata de vender grandes volúmenes y con los precios desactualizados se les complica la situación. "Estamos en una situación desesperante", sostuvo.

El presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), Gabriel Bornoroni, también habló de valores desactualizados de los combustibles. Y que el mercado sigue atrasado, a pesar de las últimas dos subas.

Al atraso hay que agregar que, a menos que el Gobierno nacional decida una nueva postergación en la actualización de algunos impuestos que gravan a los combustibles, en octubre debería haber una nueva suba en los precios de las naftas. Se trata de los impuestos que gravan a los combustibles líquidos, y que son montos fijos que se actualizan con la inflación.

La otra preocupación en el sector de los estacioneros, como lo anticipó Analía Salguero, es la caída de ventas, en la que todavía no se recuperan los niveles de la etapa previa a la pandemia (ver infografía).

En el caso de la nafta Súper, según datos de la Cámara de Expendedores de Combustibles, a partir de los datos estadísticos de la Secretaría de Energía de la Nación, en agosto en el sector están un 23% por debajo de las cifras de febrero de este año, cuando todavía no se habían empezado a sentir los efectos en la economía de la pandemia ni se habían puesto en práctica las medidas de restricción social.

En el caso del gasoil la caída es del 18%, al igual que en el ámbito del GNC. La razón no es otra que, por ejemplo, hay menos actividad económica y menor movimiento de gente. Y tampoco están funcionando las escuelas, que son un fuerte movilizador de los vehículos. "Va a costar un tiempo largo recuperar las ventas históricas", dijo Salguero. De todos modos, aclaró que no ha hecho falta suspender personal y que tampoco se han registrado cierres de estaciones de servicio.

Dispersión

Los valores de los combustibles en el país no son uniformes y tienen que ver con la oferta y la demanda. Donde hay más competencia por la cantidad de estaciones de servicio, como en Capital Federal, el combustible es más barato. En el resto del país, como en el caso de San Juan, los valores son más altos.