En la foto se observa cómo dos personas fueron sorprendidas por el dueño de una finca en la zona de El Mogote, en Chimbas, en plena tarea de llevarse unas cepas de un parral.



El problema no es nuevo pero este año, con el recrudecimiento de la crisis, se agravó porque la gente de las villas y asentamientos que hay en la provincia recurrió otra vez al robo de madera de los parrales para calefaccionarse y para usar en los hornos en los que cocinan el pan. Según una estimación en la Federación de Viñateros este año suman unas 100 las hectáreas de viñedos desmantelados por los saqueos, cuando el año pasado, para esta época y ya pasado el invierno, eran unas 50 hectáreas. Los principales departamentos afectados por el fenómeno son Santa Lucía, con unas 20 hectáreas, seguido por Chimbas, con unas 10 hectáreas. En la lista continúan Sarmiento, Pocito, Rawson, 9 de Julio, Caucete y 25 de Mayo.


Eduardo Garcés, titular de la entidad, dijo que se han cansado de reclamar mayor presencia policial, por ejemplo en las inmediaciones de los asentamientos Pedro Echagüe y en el llamado Loteo Landa, en Santa Lucía. Incluso desde la Seccional 29º, con jurisdicción en la zona, reconocieron que han recibido denuncias de propietarios de fincas afectados por los robos.


El problema es grave y se suma a otros padecimientos por los que ya vienen atravesando los viñateros (ver aparte). Es que hacer un parral, que incluye preparar el terreno, colocar las trabas, alambre, las plantas y el riego por goteo, cuesta casi el millón de pesos la hectárea. Es decir que si hay 100 hectáreas saqueadas, el perjuicio económico en el sector ronda los 100 millones de pesos.


"Primero empiezan por las trabas, después sacan las cepas, los alambres y hasta las mangueras para el riego", dijo Garcés, sobre el modo de operar en las fincas.


El problema es mayor cuando cerca de las propiedades hay asentamientos de familias porque, incluso en el verano, roban la uva y la venden en la zona.


Una traba de un parral cuesta entre 50 a 100 pesos y en una hectárea, dependiendo de la distancia en la que se coloquen las plantas, pueden entrar hasta 2.500 trabas. Y un rollo de alambre de 50 kilos puede llegar a costar unos 5.000 pesos, todos valores difíciles de afrontar por los viñateros en las épocas actuales de bajos precios de la uva y de excedentes vínicos.


Juan José Ramos, desde la Asociación de Viñateros Independientes, dijo que para evitar el saqueo en sus propiedades en 25 de Mayo tuvo que acudir a contratar serenos que recorren las fincas con un celular y que si observan movimientos extraños avisan a la Policía. Pero no siempre el sistema da resultados o los efectivos llegan a tiempo para evitar los robos.


"Los serenos son costos extra que tenemos que sumar al cuidados de los parrales", dijo el dirigente.


En 9 de Julio, por ejemplo, en la segunda semana de septiembre, efectivos policiales lograron interceptar un camión cargado con trabas que habían sido sustraídas de una finca, en las calles Oratorio y Costa Canal. Por el hecho hubo un detenido, sospechado de orquestar la maniobra.

Más problemas en el sector

El desmantelamientos de los parrales se viene a sumar a una larga lista de problemas que están afectando a los viñateros. Primero hay que mencionar los bajos precios que se pagaron por el kilo de uva en la vendimia pasada, incluso inferiores a los del 2018. Y para peor en cuotas que no son actualizadas a pesar de la escalonada inflacionaria.


Además, la suba del dólar pega fuerte en los costos de los insumos, porque por ejemplo herbicidas y fertilizantes se adquieren en los negocios del rubro directamente al valor de la divisa norteamericana. También la Federación de Viñateros hizo una presentación aduciendo que las mosteras usan su posición dominante para pagar bajos precios por la compra de uvas a pesar de la fuerte devaluación de la moneda.