Exactamente 5 meses atrás, el Departamento de Hidráulica dio a conocer el pronóstico hídrico anual, que es un estudio que permite calcular la distribución de agua durante la temporada y donde, según los análisis que realizó en base a la nieve acumulada en cordillera, a esta altura del año debía haber un derrame de 433 Hm3 y un caudal promedio en el Río San Juan de 40 m3/s, pero los valores actuales están muy por debajo de esos guarismos oficiales dados a conocer en septiembre último: apenas 276 Hm3 y 26 m3 de agua es lo que acusa el cauce del río. Es decir, un 36% de diferencia, que resulta ser la más grande que se tenga registrada, donde si bien se recuerdan otros pronósticos erráticos -el año pasado superó el 25% y uno registrado a finales de los "60- jamás en estos porcentajes. El margen de error en este tipo de estudios oscila el 3% (más o menos).

En Hidráulica argumentan que las "condiciones de cordillera" no permiten un derretimiento masivo de la nieve acumulada y al haber temperaturas todavía inferiores a los 10 grados "lo poco que se derrite se filtra", pero niegan que se trate "literalmente" de un error cometido al momento de realizar el pronóstico.

La realidad, más allá de cualquier explicación, es la que manda y como ya contó DIARIO DE CUYO a mediados de enero pasado, el caudal del Río San Juan en ese mes fue el tercero más bajo de los últimos 100 años -se aforó 22,3 m3/s-, sólo por detrás de dos valores registrados en la sequía histórica que se extendió del "68 al "72: 17,4 m3/s en el "69 y 21,4 m3/s en el "71.

Si bien cualquier pronóstico es tan sólo una estimación de algo que puede llegar a suceder en un futuro, lo cierto es que con el correr de los años -tecnología mediante-, los márgenes de error fueron muy acotados. Ahora bien, en el caso del pronóstico hídrico, los técnicos de Hidráulica suben a cordillera para relevar la acumulación de nieve en 5 puntos estratégicos, conocidos como "secciones nivométricas" o "rutas de nieve": Se trata de Calderón, Pantanosa, Pachón, Teatinos y Sardina. Allí realizan un procedimiento conocido como "cateo directo", que es el que determina junto al cotejo de imágenes satelitales de la zona y una estación nivometeorológica que está en Pantanosa, el volumen de agua al que equivale ese manto de nieve medido. "El proceso de cordillera es complejo, nosotros tenemos hecho el monitoreo a fines de agosto de cada año, se confecciona un volumen de nieve caída en cordillera y se lo compara con otros años. Así obtuvimos el último dato de 1.059 Hm3 de derrame en la temporada -va de septiembre a septiembre- y aspiramos a que se termine cumpliendo o al menos esté cerca de esos parámetros", explicó el titular del Departamento de Hidráulica y secretario de Recursos Hídricos de la provincia, Jorge Millón. Sin embargo, históricamente los máximos derrames de agua se produjeron en el periodo diciembre-enero; y es más, el actual pronóstico preveía 107,1 Hm3 para enero y 84,7 Hm3 en febrero, consecuente con lo que ocurre en cada temporada.

Este escenario, que ya acumula dos fallas consecutivas en el pronóstico hídrico, es mirado de reojo en esferas gubernamentales para la temporada que viene, porque en la pasada y la actual, estuvo el "colchón" de agua que proporcionaron los diques Caracoles y Ullum, que lo hicieron con una cota cercana a la ideal. Pero la situación ahora es diametralmente opuesta y desalentadora, porque ambos embalses llegarán casi secos a marzo y es prácticamente imposible -explican en Hidráulica- que acumulen un buen volumen de agua o se recuperen durante el invierno, donde se ejecuta el periodo de monda y así todo quedaría supeditado a lo que aporten las precipitaciones níveas en alta montaña.