Nota de Infobae

El Gobierno anunciará este miércoles las cifras finales de pobreza del 2020, el año en que la pandemia impactó en los indicadores sociales. Ya a mediados de ese año, tras los primeros tres meses de cuarentena y medidas de aislamiento social, ese índice había alcanzado el 40,9%.

La primera ola de contagios de coronavirus dejó en la Argentina unos 18,5 millones de personas en todo el país que no lograban cumplir con sus necesidades básicas, de la mano de un desplome histórico en el empleo registrado e informal, que llegó a ser de 4 millones. A su vez, la indigencia trepó al 10,5%, equivalente a 4,8 millones de personas que a junio padecían hambre.

Ese 40,9% fue la cifra la más alta desde el primer semestre 2004, que fue del 44,3%. A fines del 2001 se había ubicado en el 38,3% y en el segundo semestre de 2002 saltó al 57,5%. Si la comparación se realiza en relación con el segundo semestre, la marca fue en ese momento la mayor desde el 2003, cuando entre junio y diciembre la cifra era del 47,8 por ciento.

La primera ola de contagios de coronavirus dejó en la Argentina unos 18,5 millones de personas en todo el país que no lograban cumplir con sus necesidades básicas

Según los economistas que realizan estimaciones propias de pobreza en base a datos oficiales, el número que dará a conocer este miércoles el Indec no será mucho más alto que el del primer semestre. Según el economista de Cedlas Leopoldo Tornarolli, el “pico” de pobreza durante 2020 tuvo lugar durante el semestre abril-septiembre. “Con datos de la Encuesta Permanente de Hogares del tercer trimestre podemos estimar que tasa de pobreza habría sido algo así como 43%”, estimó.

La medición oficial de pobreza en Argentina se realiza por semestres a diferencia -por ejemplo- con los números de empleo que se publican cada tres meses. Por eso, al observar en detalle determinados semestres se puede analizar de otra manera cómo fue la tendencia. De acuerdo a los datos de Tornarolli, en el segundo trimestre (el pleno impacto inicial de la pandemia y la cuarentena), la pobreza llegó al 47,4 por ciento.

Sobre la última parte del año, el economista de Cedlas consideró que como “aceleró la inflación, con impacto fuerte en líneas de indigencia y pobreza”, y que “los nuevos empleados del cuarto trimestre son informales” eso dará como resultado que “esos ingresos no suelen alcanzar para salir de pobreza”, aseguró. “La aceleración de inflación afecta a todos los hogares, incluso los que ya tenían empleo y zafaron por poco de la pobreza hasta ahora. Algunos de ellos se volverán pobres. Es difícil proyectar un número exacto, pero imagino una tasa de pobreza cercana a 41,8%”, concluyó.

Para Martín González Rozada, economista de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), esa cifra estará más cerca de 41,1%. En los dos casos, coinciden que la parte más crítica del aumento de la pobreza tuvo lugar durante los primeros meses de crisis sanitaria y que la recuperación parcial del empleo recortó ese deterioro de los indicadores sociales.

Para el economista de Cedlas Leopoldo Tornarolli la cifra final de 2020 estará cerca de 41,8%, mientras que para Martín González Rozada (UTDT) sería de 41,1 por ciento.

El Gobierno desarrolló en los últimos meses una medición “alternativa” de la pobreza. En el primer semestre del año pasado, en medio de la pandemia y la cuarentena, el 47% de los argentinos era pobre según un informe de pobreza multidimensional publicado por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), que depende de la Presidencia de la Nación.

Ese índice, distinto al que publica el Indec, es una medición que en lugar de enfocarse sobre los ingresos sigue variables como acceso a la vivienda, hábitat y servicios básicos, educación, empleo y protección social, y salud.

Se trata de otra forma de medir la pobreza, que apunta a relevar el acceso a distintos derechos básicos, arroja resultados mucho peores que los que se ven al medir cuantas personas viven por debajo de la línea de la pobreza. Un año antes, en el primer semestre de 2019, el Siempro estimaba que el 28,8% de la población era pobre, según su medición multidimensional. De esa forma, representaría un salto de casi 20 puntos en un año.