La tensión del lunes y martes de los mercados se fue distendiendo a partir del miércoles cuando empezó el dólar a bajar su cotización y alejarse de esos casi 40 pesos que llegó a mostrarse en las pizarras de los bancos y casas de cambio, y puso los pelos de punta a propios y extraños.

Un poco atado a las negociaciones del Gobierno con el FMI -todo indica que llegarán a buen puerto- y la cercanía de acordar el Presupuesto 2019 -pacto que busca firmar el próximo martes con los gobernadores- , se empezó a desinflar el tipo de cambio que la semana anterior hacía suponer que se iba a instalar por encima de los 40. El viernes cerró a $ 37,81.