El asado, un plato tradicional en la mesa de los argentinos y por supuesto que en la de los sanjuaninos también, viene complicado en lo que va del año. Es que en los primeros seis meses del 2021 las ventas de carne han caído alrededor de un 20%, según afirman abastecedores y en el sector de los frigoríficos que funcionan en la provincia. Y las razones no son otras que la reducción del poder adquisitivo de los salarios de la población y a que los precios están lejos de los bolsillos en muchas familias, a pesar de los intentos del Gobierno nacional para que retrocedan.

Al menos la escalada de precios parece haberse frenado el mes pasado, e incluso algunos abastecedores hablan de un leve retroceso, de alrededor de un 5%, aunque no alcanza para mitigar el fuerte incremento que venía acumulado en mayo, que alcanzaba a un 76% con respecto al mismo mes del 2020, según revela el último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

Para Saúl Vargas, de Carnes Vargas, se ha registrado en el último mes una leve baja, que alcanza a entre 20 a 30 pesos por corte y dio como ejemplo que el kilo de asado pasó de 600 pesos a 560 pesos y la blanda retrocedió de 660 pesos a 630 pesos. "Las ventas están demasiado tranquilas en los últimos días", dijo el abastecedor. Claro que estos precios son de sus carnicerías, pero en otras puedan variar.

No hay precios uniformes en las carnicerías de la provincia y los valores pueden variar. 

Sebastián Parra, uno de los principales abastecedores de la provincia, coincidió con el panorama que consigna que las ventas vienen muy bajas y recordó, por ejemplo, que, para el Día del Padre, cuando esperaban un buen volumen de operaciones, estuvieron muy flojas y que la mayor parte de las carnes se quedaron en las heladeras. En cuanto al precio, consignó que se ha registrado una leve baja, que apenas si alcanza a impactar en el precio del producto en el mostrador. El fenómeno lo relacionó con la pérdida del poder adquisitivo de la población y a los precios, que están lejos de las posibilidades de algunas familias.

Una opción para algunos compradores es el cerdo, que está a un valor más accesible. Y explicó que es porque mientras una media res de novillo el kilo está a entre 420 a 450 pesos, la media res de cerdo cuesta 200 pesos. Por eso en algunas carnicerías viene creciendo la venta de esta alternativa.

Todo este panorama se da cuando el Gobierno nacional viene tratando de implementar algunas medidas (ver aparte) para intentar que baje el precio de la carne, pero con escasos resultados.

Los que saben dicen que los sanjuaninos están acostumbrados a cortes de buena calidad.

Algunos valores de referencia en carnicerías de la provincia, con la aclaración que son sólo ejemplos y que pueden variar de un negocio a otro, indican que los cortes para asado, como costillas, tapa de asado o el vacío, rondan los 850 pesos el kilo, el asado de carnicero está en los 650 pesos, la punta de espalda a 950 pesos y las carnes para milanesa, como bola de lomo y cuadrada, rondan los 850 pesos. El mismo valor para las costeletas. En el caso de la molida especial está en el orden de los 550 pesos y la molida común en 400 pesos. El osobuco, que dejó de utilizarse sólo para el puchero y que ahora se utiliza para cocinar por ejemplo en el disco, está a 350 pesos y la paleta, ideal para el horno, está en los 550 pesos.

Duilio Graffigna, desde Puesto Corral, fue uno de los empresarios del rubro que dijo que a pesar de la situación económica ha logrado mantener las ventas casi en forma regular y que no ha tenido un retroceso en las operaciones en el último mes.

  • Las medidas nacionales

El Gobierno nacional, con el enojo de todo el sector del campo argentino, viene aplicando medidas restrictivas para la exportación de las carnes, en un intento para que los precios bajen en el mercado nacional. En este panorama fue publicado un decreto, días atrás, por el cual se reabren parcialmente las exportaciones de carne bovina fresca, tras la suspensión por 30 días de las ventas al exterior, que finalizó el pasado 20 de mayo. Las nuevas medidas, vigentes hasta el 31 de agosto del presente año, establecen un cupo mensual de exportación que no podrá superar el 50% del promedio total de toneladas exportadas de las partidas de carne bovina fresca o refrigerada y carne bovina congelada, durante el periodo julio diciembre del año pasado.

Además, se prohíbe hasta fin de año la exportación de reses enteras, medias reses, cuartos delanteros y traseros con hueso, medias reses incompletas, asado con o sin hueso, falda, matambre, tapa de asado, cuadrada, paleta y vacío.

Entre las consecuencias de la menor actividad que va a generar la medida, según advierte un informe privado, habrá un efecto negativo en todos los eslabones de la cadena productiva. Es decir, en frigoríficos, trabajadores, productores, transportistas, veterinarios, agrónomos, logística y todo el sector de la comercialización. "Este impacto se sentirá a lo largo y ancho de todo el país, teniendo en cuenta que la ganadería es una de las actividades más federales y se realiza en todas las provincias de la Argentina", señalaron en el documento. Pero no se alcanzará el efecto deseado en los precios.