La inflación de junio se ubicó por encima del 2% por primera vez desde el inicio de la pandemia, en un contexto en el que si bien en muchas provincias ya rige el distanciamiento social y muchas actividades volvieron a producir, la demanda no está traccionando. Además, en el área metropolitana todavía rige la cuarentena con escasos grados de apertura.

Según informó el Indec, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 2,2% en junio y acumuló en los últimos doce meses un alza del 42,8%. A su vez, la inflación durante el primer semestre fue del 13,6%. La desaceleración que comenzó a registrarse en abril, primer mes de estricto aislamiento, cuando los precios subieron 1,5%, porcentaje que se repitió en mayo, se revirtió con el guarismo de junio.

Un factor de contención para los precios, además del efecto de la cuarentena, reside en que los precios regulados se mantienen bajo control. Asimismo, el Gobierno mantiene el programa de “Precios máximos”, que dispuso el congelamiento de los productos de consumo masivo a los valores del 6 de marzo. Recién hoy habilitó un aumento de entre 2% y 4,5%, ya que los empresarios venían advirtiendo que no podían seguir sostenidos los mismos precios por los incrementos de costos registrados. Una de las razones por las que la Secretaría de Comercio accedió es por el movimiento que registró el tipo de cambio en los últimos meses.

De acuerdo con el organismo estadístico, los precios de los bienes treparon 2,9%, en tanto que los de los servicios subieron solamente 0,9%. A su vez, la inflación núcleo fue de 2,3%, con un alza de los regulados de 0,7% y de los productos estacionales, de 4,8%.

Fuentes del Banco Central destacaron que en el segundo trimestre del año “los precios de los bienes promediaron subas por encima de los servicios, pero ambos agrupamientos se desaceleraron respecto a los primeros meses del año. La mayor desaceleración se dio en los servicios”.

Según la autoridad monetaria, “contribuyeron a la desaceleración la estabilidad de las tarifas de los servicios públicos. El menor dinamismo de los bienes respondió a las subas acotadas de los alimentos y bebidas, donde tuvieron fuerte incidencia los programas gubernamentales de administración de precios”.

“La acotada volatilidad cambiaria en el marco del régimen de flotación administrada, la administración de la liquidez con los instrumentos de regulación monetaria y las políticas activas del Gobierno en materia de precios de referencia y de precios máximos contribuyen a consolidar el proceso de desinflación”, explicaron en el BCRA.

Según los economistas Nadin Argañaraz, del Ieral, las tasas de inflación de 2020, más bajas que las de 2019, están contribuyendo a una baja de la inflación interanual. Sin embargo, junio puede haber sido el último mes de baja de la inflación interanual: si la inflación en julio supera el 2,3% tendremos una variación interanual mayor a la de junio.”

“Los precios sobre los que tiene cierto control el Gobierno son los que menos están subiendo (un 25,2% en la medición interanual de junio) e incluso viene de anotar dos bajas consecutivas en las mediciones mensuales de abril, mayo (-0,7% y -0,1%, respectivamente) y una variación mensual de +0,7% en junio” agregó Argañaraz.

Los números reflejados por las consultoras privadas y sus proyecciones habían previsto un índice de precios en junio más bajo, entre 1,5% y 1,9%. “Seguimos con buena parte del IPC sin funcionar y en cuarentena. En medio de una bruta caída de la actividad y de los ingresos, con tarifas congeladas y dólar oficial administrado, es esperable que la inflación general siga debajo de 2%. El rubro Alimentos es el que está funcionando con mayor normalidad dentro del índice”, afirmó el economista Gabriel Caamaño, de EcoLedesma.

“A nosotros junio nos dio una suba de 1,9%, principalmente por el arrastre estadístico de mayo, ya que las ultimas semanas de ese mes tuvieron aumentos importantes. Los datos semanales de junio fueron relativamente bajos”, sostuvo Matías Carugati, de la consultora Seido.

Por otro lado, el economista jefe de Ecolatina, Federico Moll, planteó que el IPC de junio para la consultora fue de 1,7% y que “la cuarentena sigue explicando tanto el alivio de corto plazo como la incertidumbre para los próximos meses”. “El excedente monetario, de no ser absorbido, va a complicar el frente cambiario a medida que la velocidad de circulación del dinero vaya aumentando”, explicó el analista.

"Junio puede haber sido el último mes de baja de la inflación interanual: si la inflación en julio supera el 2,3% tendremos una variación interanual mayor a la de junio" (Nadin Argañaraz)

A su vez, Lorena Giorgio, de Econviews, dijo días atrás que preveían una inflación mensual de 1,9%, “levemente por encima del 1,5% de los dos meses anteriores, pero aún por debajo de los meses previos a la cuarentena”. “A pesar de la apertura de nuevas actividades en el AMBA y en particular en el interior del país, que sumaron algo de presión al alza junto con la pequeña aceleración del ritmo de depreciación del tipo de cambio, la reactivación de la oferta está siendo sólo parcialmente acompañada por la demanda”, detalló.

En tanto, un informe del estudio Eco Go sostuvo que “mientras la cuarentena se extiende, los factores que contribuyeron a la brusca moderación de la inflación se mantienen o La demanda de pesos sigue siendo alta y la velocidad de circulación baja”.

“Esta calma transitoria convive además con una dominancia fiscal que desde que arrancó la pandemia incluye transferencias del BCRA al fisco por 1,3 billones de pesos, de los cuales casi dos terceras partes fueron esterilizados por el BCRA, cuya contraparte es un aumento de los pasivos remunerados que ya alcanzan a 9,2% del PIB”, concluyó.

Cabe recordar que en el último relevamiento de expectativas del mercado (REM) que difunde el Banco Central, los analistas afirmaron que la inflación se ubicará a fin de año en el 40,7.

Infobae