La inflación de noviembre fue de 3,2%, dato que si bien está por encima de las expectativas privadas y del Gobierno, se espera que marque el comienzo de un sendero descendiente para los próximos meses que reflejen con mayor fuerza la política monetaria del Banco Central y las últimas actualizaciones de tarifas.

Con la última cifra, respecto del año pasado los precios reflejan una evolución de 48,5%, mientras que el acumulado en lo que va de este año ya llega a 43,9%. Luego de los picos de junio (3,7%) y septiembre (6,5%), que rompieran el ritmo de subas en materia de precios, noviembre marca la primera vez en un año que el dato inflacionario baja consecutivamente durante dos meses.

En el penúltimo mes de este año, las subas fueron impulsadas por los rubros Salud (5,7%) y Bebidas Alcohólicas y Tabaco (4,6%), respectivamente. Noviembre estuvo marcado por una paz cambiaria en relación al resto del año y subas en el precio de surtidores de naftas que luego fueron contrarrestadas con bajas cercanas a 3 por ciento.

El programa monetario, con un esquema de cero crecimiento en la base monetaria, apunta a retirar todos los pesos libres que estén circulando en la calle, y a través de eso reducir lo más posible presión en los precios. Un posible foco de preocupación de cara a diciembre es un incremento planeado en la base monetaria por el cual el Central puede hacer circular pesos por hasta un 6% más que el stock existente en noviembre.

Esa posibilidad está contemplada en el acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional, ya que por cuestiones estacionales, la demanda de dinero tiende a aumentar sobre fin de año debido al solapamiento de cobro de aguinaldo y comienzo de vacaciones.