Unas 350 entidades empresarias de Córdoba, Entre Ríos, San Juan y Mendoza constituyeron un movimiento -al que seguirán sumando pares de otras provincias- para hacerse oír ante los candidatos a integrar el Congreso. “Nos urge, tanto como a cada uno de los argentinos, que los problemas estructurales -y no únicamente los urgentes o electorales- comiencen a encontrar cauces y lograr soluciones concretas y sostenibles”, dice la carta abierta que consensuaron. Reclaman políticas más federales y que alcancen a todos los sectores.

Aunque están invitadas, todavía no se sumaron las entidades empresarias de Santa Fe y Buenos Aires, más allá de que algunas ya comparten tareas regionales con las firmantes. De cara a las legislativas de noviembre, apuntan a que se diseñe un plan de acción que “devuelva la dignidad a los emprendedores, empresarios y trabajadores del sector privado”. Subrayan que “sin un sector privado fuerte y libre no habrá salida” para la crisis.

Entre los firmantes hay instituciones representativas del campo, de los diferentes rubros industriales, del comercio y de las finanzas. La hoja de ruta que proponen a los candidatos de todas las fuerzas enumera seis puntos: promover el rol de la actividad privada; defender la institucionalidad; eficientizar el gasto público; empleo genuino y educación; sustentabilidad e integración inteligente al mundo.

Federico Pagano, presidente del Consejo Empresario de Mendoza, señaló que para avanzar dejaron de lado los intereses sectoriales: “El país está lleno de posiciones antagónicas; claro que puede haber diferencias de intereses, pero si el país no crece no hay futuro para nadie”.

Plantea que los puntos que determinaron son un “norte para el consenso; pero no son expresiones de deseo, sino temas que creemos que deberían ser políticas de Estado. No queremos ir a pedirle al Estado. La Argentina necesita cambiar la dinámica de rogarle lo que tienen que hacer por nosotros porque todos debemos hacer por el país”.

Desde la Unión Industrial de Córdoba, su titular Marcelo Uribarren ratifica que “en algún momento hay que salir de la coyuntura y pensar en el mediano y largo plazo; hace falta un consenso para salir de la crisis que atravesamos desde hace décadas”.

Respecto de la posibilidad de una convocatoria al diálogo por parte del oficialismo, después de las elecciones, dice que están de acuerdo, pero entiende que “las condiciones no están dadas; habría que tener un diagnóstico común y no lo tenemos. Somos todos responsables de lo que nos pasa, por omisión o por acción, buscamos el compromiso de todas las fuerzas políticas”.

Los referentes coinciden en que el movimiento se gestó convencidos de la necesidad de una “expresión federal” del sector privado. “Los empresarios podemos opinar y participar de las políticas públicas sin necesidad de ser candidatos -sostiene Alcides Balla, presidente de la Bolsa de Comercio de Entre Ríos. Podemos participar conjuntamente con las autoridades electas con sugerencias, acciones y consensuar diferentes aspectos”.

Los empresarios admiten que esta iniciativa no los inhibe de seguir sosteniendo sus posiciones sectores y opiniones respecto de medidas del Gobierno, aunque insisten en que quieren salir del corto plazo. Gustavo Fernández, secretario de la Unión Industrial de San Juan, grafica que buscan que la agenda nacional incluya una “mirada federal del desarrollo” y que sea “multisectorial; que rompa con la tradicional dicotomía entre campo e industria”.

Afirma que buscan empezar “a tener relevancia a la hora de discutir políticas de desarrollo. No es un movimiento contra un gobierno, no es contra nadie, sino para promover el diálogo, la articulación público-privado; buscamos ser propositivos”. Balla abona ese concepto con que no van por la “confrontación” sino que quieren contar con un canal que les permita “sumar opiniones, sugerencias y diagnósticos” para “converger en un proceso de desarrollo”.

Pagano subraya sin sector privado que genere empleo no hay forma de reducir la pobreza y aclara que los empresarios privados hoy están “mal” por los recursos que les “saca” el Estado, en forma directa e indirecta. “Es un competidor hasta en el sistema financiero”, define.

“Hay que tener un Estado que el sector privado pueda bancar -añade-. Los sindicatos en vez de tener 100.000 afiliados deben tener 5 millones; hoy el empleo privado es club exclusivo, de pocos. Las leyes laborales que están deben aplicarse a los puestos que ya exigen, pero para los que están afuera y están abandonados hace falta nueva legislación”.

Fuente: La nación