Agobiado por las previsiones de déficit presupuestario, el gobernador Pérez adelantó su decisión de un ajuste impositivo a varios sectores de la economía real de Mendoza. Concretamente intenta quitar los beneficios de ‘la tasa cero‘ en Ingresos Brutos a algunas actividades industriales, entre ellas la propia vitivinícola.

Airadas, las cámaras de este sector salieron al cruce. Las asociaciones empresariales del sector manifestaron su disconformidad y aseguraron que se reunirán con los legisladores para revertir la medida, que les implica aumentos del 1% al 3%.

Sergio Villanueva, gerente de la UVA, consideró que ‘la vitivinicultura está tratando de no perder competitividad por distintas razones en el esquema de exportación, porque, aunque los Ingresos Brutos no afectan la exportación, la problemática de la rentabilidad es lo más importante‘.

En la misma línea Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, dijo que ‘no ha sido un año fácil y el que viene no parece que será mejor. Los problemas de competitividad en el exterior hacen que haya un sobre stock en el mercado interno‘.

Ambos dirigentes coincidieron en las inequidades que plantea la medida y dijeron ‘no sabemos todavía cuál es la modalidad y tenemos que ver el impacto que va a tener en cada bodega‘. Un grupo de directivos de la vitivinicultura se reunieron la semana pasada con el ministro de Agroindustria, José Luis Alvarez, en procura de analizar la situación que plantean los costos, la rentabilidad y los amagues de aumentos impositivos en el sector.

El mismo Pérez salió no obstante a defender su proyecto de ajuste impositivo. Al ser consultado por la reacción del sector bodeguero, el Gobernador respondió: ‘Deberían estudiar el proyecto, porque no se le aplica a la actividad primaria y además hay una compensación del 50% cuando uno está al día con todos los impuestos provinciales‘.