Las exportaciones de mostos, hasta el 20 de diciembre, totalizaron las 142.000 toneladas marcando un crecimiento superior al 60% comparadas con el año 2010, representando un ingreso de 193 millones de dólares, un 5% más en el valor FOB.

Y desde el INV estiman que al final del año se alcanzarán las 147.000 toneladas (el sector privado calcula 150.000). Este año, se vendió todo el mosto que se hizo, incluso el stock técnico que siempre sobra del año anterior y que suele promediar las 30.000 toneladas.

Así, por primera vez en la historia desde que comenzaron las exportaciones del jugo de uva en 1994 sucede que los mercados mundiales compran hasta el sobrante. ‘’Y si hubiéramos elaborado más mosto, lo hubiésemos vendido’’, aseguró Sergio Colombo, gerente de la Cámara Argentina de Fabricantes y Exportadores de Mosto.

Estos datos son más que suficientes para que el sector cierre a puro brindis el 2011, sin embargo no será para tirar la casa por la ventana: en 17 años la industria del mosto perdió más de lo que ganó en el mercado externo, y pese al enorme crecimiento del 2011 respecto al año anterior, las exportaciones aún están lejos de las 200 mil toneladas exportadas en el 2007.

¿Por qué bajó tanto? La crisis del 2009 influyó en la retracción de compra de Estados Unidos, el principal destino y además se abarató el precio del jugo de manzana que es el competidor. Pero también pesaron factores internos: cuando por el clima se reduce la cosecha, o cuando los precios del vino repuntan, los productores sobre todo mendocinos, dejan de hacer mosto.

Eso es lo que sucedió este año donde Mendoza incumplió lo acordado de destinar el 30% de la uva a mosto, e hizo vino blanco que ahora sobra y tiró los precio abajo. ‘’Desde el año ‘95 venían subiendo y tocamos el récord en el 2007. En el 2008, los primeros 9 meses veníamos con tendencia ascendente, pero no llegamos a las 200 mil, y lo que es peor, en los años siguientes empezamos a bajar brutalmente.

El año pasado exportamos 88 mil toneladas y este año va a quedar cero stock de mosto y en cambio de vino blanco va a sobrar una barbaridad. No hay que hacer más eso, podríamos haber vendido más mosto y no tenemos, porque se hizo más vino y ahora no hay mercado para venderlo’’, reflexionó el sanjuanino Jorge Rives, referente local del sector y gerente del establecimiento industrial local Mosto Mat.

"El mosto es una muestra concreta de diversificación, una industria que a diferencia del vino nunca ha generado excedentes, y me parece bien que los gobiernos se pongan firmes en cumplir el acuerdo del mosto. Además la realidad lo va a imponer, el que tiene vino blanco escurrido no tiene demanda’’, agregó el mendocino Colombo quien confía en que el año próximo se pueda alcanzar la venta de las 200 mil toneladas perdidas.