Con luces y sombras, la economía argentina mantiene una posición relevante en la comparación internacional, a pesar del virtual estancamiento de su PBI a partir de la instauración del "cepo" cambiario –entre 2012 y 2015- y la compleja transición encarada por el gobierno de Mauricio Macri en el que la actividad no termina de despegar.

Un informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) situó a la Argentina en el puesto 21° en el escalafón global, con datos actualizados a abril de 2018.

Según este estudio, el PBI argentino asciende a USD 627.000 millones, ligeramente por encima de Polonia (USD 614.200 millones), Taiwán (USD 613.300 millones), Suecia (USD 600.800 millones) y Bélgica (USD 562.200 millones).

En el "top ten" de las economías más grandes del mundo hubo escasas variantes respecto de los listados de los últimos años: EEUU se mantiene en la cima, con un PBI de USD 20,4 billones, secundado por China, con 14,1 billones, aunque la novedad es que la brecha entre los dos gigantes se acorta año tras año. El FMI prevé que en 2050 el país asiático contará con el PBI más elevado del mundo.

Continúan Japón (3°, USD 5,2 billones), Alemania (4°, 4,2 billones), Reino Unido (5°, USD 2,94 billones), Francia (6° 2,93 billones), India (7°, 2,85 billones), Italia (8°, USD 2,18 billones), Brasil (9°, USD 2,14 billones) y Canadá (10°, USD 1,8 billón).

Por encima de la Argentina figuran además la Federación Rusa (11°, USD 1,72 billón), Corea del Sur (12°, USD 1,69 billón), España (13°, USD 1,51 billón), Australia (14°, USD 1,5 billón), México (15°, USD 1,21 billón), Indonesia (16°, USD 1,07 billón), Países Bajos (17°, USD 945.330 millones), Turquía (18°, USD 909.890), Suiza (19°, USD 741.690 millón) y Arabia Saudita (20°, USD 748.000 millones).

PBI Y VOLATILIDAD CAMBIARIA

Para determinar el tamaño de la economía de cada país, el FMI divide el Producto Bruto Interno (PBI) medido a precios de mercado en moneda local por la cotización promedio del dólar de cada año.

En el caso argentino, con brusca volatilidad para el valor de la divisa, la medición puede ser muy imprecisa: en etapas de atraso cambiario el PBI luce sobreestimado, mientras que está subestimado en los años de crisis o tipo de cambio exageradamente alto.

Por eso, siempre en la base de cálculo del FMI, el PBI de Argentina en 2018 (a abril) es inferior al del cierre de 2017 (USD 637.700 millones), pues contabiliza la devaluación de enero y febrero (aunque no la de mayo), aún cuando las estadísticas del INDEC del primer trimestre no exhiben caída de actividad respecto del año anterior.

En el mismo sentido, el PBI estimado en moneda norteamericana de 2018 es inferior al de 2015 (USD 642.460 millones) y apenas superior al de 2013 (USD 611.470 millones), cuando los controles de cambio de la administración de Cristina Kirchner mantenían al peso argentino sobrevaluado respecto del dólar.