Cuando está por finalizar el 2016, el balance de los primeros 11 meses del año revela que sigue la caída de la venta de vinos al mercado interno y de exportación, acumulando una pérdida del 7,1%, con respecto a igual período del año anterior, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). 
En este período se comercializaron 10.573.048 hectolitros de vino fraccionado, 472.286 de vino a granel, que hacen un total de 11.045.333 hectolitros.  


Las razones principales de esta baja se deben en gran medida al aumento de los precios de los alimentos, la baja de poder adquisitivo de las clases populares, la dura recesión económica y a la feroz competencia de otras bebidas, como las gaseosas y las cervezas. 


El informa da cuenta también de que en estos 11 meses también se contrajo la venta de mosto concentrado en el orden del 16,5%, al pasar 114.812 toneladas comercializadas el año pasado a 95.814 toneladas en lo que va del 2016. 


En un detalle más fino del mercado interno, se puede consignar que el año pasado se comercializaron 9.423.761 hectolitros de vino fraccionado, mientras que este año apenas se ha llegado a 8.667.592, una caída del 8%. 


En el caso del mercado externo, el año pasado se comercializaron 1.820.637 hectolitros de vino fraccionado, mientras que este año hubo un leve repunte del 4,7% al pasar a 1.905.456 hectolitros. En cambio la venta de vino a granel se redujo un 27,2%, al pasar de 648.552 hectolitros a 472.286 hectolitros. 


El ente rector del vino también dio a conocer que la comercialización total de vino fraccionado y a granel, considerando el mercado interno y externo, se redujo el 8,9%, con relación a noviembre del año pasado. En el caso de las ventas en el mercado interno cayeron el 10,3%, mientras que en el mercado externo la comercialización de vino fraccionado creció el 9,1%, pero las ventas de vino a granel cayeron el 41,1%. 


En el caso del mosto concentrado, las ventas se redujeron el 31,7%, con relación a igual mes del año anterior. 
Todos estos datos revelan la crítica situación por la que atraviesa la industria vitivinícola, una de las principales actividades económicas de la provincia.