Especialistas de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) lanzaron un alerta naranja para los agricultores cuando hay temor a que se repita un panorama climático de sequía como la registrada en la campaña 2008-2009, que provocó muy bajos rindes y quebrantos a la producción de soja y maíz.

Según el informe, estos dos cultivos de verano se encuentran en "situación límite" por la falta de lluvias y allí especialmente el maíz está sufriendo daños severos por la sequía, aunque el que está implantado podría recuperarse parcialmente si cambia rápido el patrón climático.

Asimismo, la perspectiva de la soja, en cambio, resulta mucho más aleatoria: actualmente hay muchos cultivos de segunda que fueron sembrados en suelo seco que aguardan por las lluvias, algo que los ubica también en "situación límite".

Por ello, los técnicos de CREA lanzaron una "luz anaranjada para los agricultores argentinos". "En vistas de la cosecha esperada, ya hay productores pensando en un plan B alternativo".

Este incluye suspensión de inversiones y una actitud cauta en los gastos hasta ver finalmente con cuánto grano se cuenta tras la cosecha", afirmó el vicepresidente del Movimiento CREA, Juan Balbín.

Así, actualmente la mayor preocupación de los productores es la lluvia, ya que los precios son satisfactorios para alcanzar una buena cosecha. Los cultivos más afectados por la sequía resultan ser la soja y el maíz, mientras que el girasol presenta un mejor comportamiento frente a la escasez de humedad.

En el caso de los cultivos de la oleaginosa éstos se encuentran en estado de botón floral o en floración, con posibilidades de rendir 1.500 a 1.800 kilos por hectárea si recibe un poco más de lluvia durante enero.

En lo que se refiere al trigo, el informe indicó que la situación se complica aún más por las dificultades que existen para vender este cereal. Desde el sector privado admiten que los exportadores están inactivos en la zona de influencia del puerto de Rosario.

Según indicó Balbín, "la anormalidad climática actual se da en la zona núcleo, la más productiva del país, donde nadie esperaba rindes de soja de cinco quintales por hectárea y sin embargo se observaron en el ciclo 2008/9".

"Estos resultados -dijo- podrían repetirse en el ejercicio 2010/11 si sigue sin llover".