La tensión del Gobierno con la Justicia por hechos que irritan al presidente Mauricio Macri, como el cambio de calificación en la causa que beneficia a Cristóbal López, así como las excarcelaciones de kirchneristas acusados de actos de corrupción, hacen crecer las sospechas de una actuación reprochable de la magistratura.


Los rumores de coimas sobrevuelan el ámbito político, sin ocultar el fastidio contra los jueces Jorge Ballestero y Eduardo Farah que se impusieron en la decisión de cambiar la carátula de administración fraudulenta en perjuicio del Estado a apropiación indebida de tributos, que dictaron sobre López.


Son tan firmes las sospechas que la influyente Elisa Carrió presentó una nota ante el Consejo de la Magistratura para que se investigue si hubo intereses económicos involucrados en el fallo de Farah y Ballestero. Y entre los principales funcionarios circula un número impactante en dólares por el que se habría llegado a la negociación.


También se habla de jueces de Comodoro Py que negocian todo y esto viene desde hace mucho tiempo, con lo cual se cae la idea de que hubo un cambio en la Justicia a partir del 10 de diciembre de 2015, al asumir el nuevo Gobierno. Por eso la opinión pública celebraba el embate judicial contra la corrupción kirchnerista y ve ahora que nada ha cambiado en las internas tribunalicias. La imagen que se exhibe es que los poderosos seguirán gozando de la impunidad que reina en la Argentina como un estilo de vida.


A la guerra de intrigas y especulaciones se suman versiones sobre la supuesta excarcelación de Julio De Vido. La Oficina Anticorrupción pidió apartar al juez Luis Rodriguez de la causa de Río Turbio porque separó al fiscal Carlos Stornelli, como lo pidió la defensa de De Vido. Y en esta ola de intrigas y sospechas, la DAIA recusa a una las juezas que excarceló al exsecretario de la Presidencia, Carlos Zannini y al piquetero Luis D'Elía. Es Sabrina Namer, que también interviene en el proceso contra Cristina Fernández de Kirchner por el atentado contra la AMIA y no garantiza objetividad para la dirigencia judía, ya que opinó a favor de la "pista siria'' en el atentado a la mutual, contradiciendo al fallecido fiscal Alberto Nisman. Este giro beneficiaría a la expresidenta.


Este desprestigio preocupa a la Corte que ordenó investigar los hechos más resonantes que impactan en la credibilidad de la ciudadanía.