Transcurrida más de la mitad de la actual gestión de gobierno, en la que se puso en marcha una profunda transformación socioeconómica, con la que se está buscando alcanzar un desarrollo económico que por ahora se muestra esquivo, la Argentina deberá comenzar a transitar un camino que la lleve a crear las condiciones apropiadas para enfrentar dos problemas fundamentales: la falta de fuentes de trabajo genuinas y el elevado nivel de pobreza que durante 2017 superó el 31 por ciento.


Más allá de las medidas que se han tomado en en beneficio de actividades productivas tradicionales, como la agricultura y la ganadería, es necesario que las autoridades tengan en cuenta la alternativa que ofrece la minería. Es por todos conocido que esta actividad es capaz de lograr una transformación sustancial del país, por los niveles de inversiones que maneja y por los recursos existentes, localizados geográficamente en toda la zona Oeste, donde hay provincias como San Juan que se destacan por venir trabajando desde hace un tiempo en esta actividad.


Es evidente que el Gobierno nacional conoce muy bien esta posibilidad, ya que fue el propio presidente Macri quien, a poco de asumir dispuso eliminar las retenciones a la minería, en busca de que la actividad se desarrolle con mayor vigor. En estos últimos días se abrió la posibilidad de que a las tradicionales inversiones mineras, provenientes de países como Canadá o China, se sume Japón. La recordación del 120 aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Japón dio lugar a una reunión del presidente Macri con el primer ministro, Shinzo Abe. En este encuentro los japoneses expresar su interés por la producción de Litio, en Jujuy; cobre, en varios puntos del país, entre ellos San Juan, y el yacimiento petrolífero de Vaca Muerta, consistente en esquistos de la cuenca Neuquina que abarca Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza.


En San Juan, los proyectos que ofrecen mejores perspectivas en materia de inversiones exploratorias son los cupíferos, algunos de los cuales tiene "categoría de clase mundial'', como es el caso de Pachón, Los Azules y Constelaciones.


Todas estas posibilidades hacen que el Gobierno siga intentando convencer a las provincias con potencial minero, que acepten la actividad como generadora de recursos genuinos. Una de las reuniones tuvo lugar en Chubut, donde la población sigue oponiéndose a la exploración y explotación minera. Algo parecido sucede en Mendoza y parte de La Rioja donde no se está considerando que la minería pueden sacar al país de su letargo económico.