La incertidumbre política del Gobierno británico para una salida negociada de los acuerdos con la Unión Europea, o Brexit, una decisión tomada con aval de la ciudadanía, está apurando resoluciones empresarias que tendrán un gran impacto económico en el Reino Unido. La peor noticia la recibió esta semana el ministro del Interior, Greg Clark: el cierre de la fábrica de la automotriz japonesa Honda, en la localidad de Swindon, que emplea a 3.500 trabajadores.


El funcionario calificó de "devastadora'' la decisión de la multinacional por el impacto social que arrastra a otras firmas proveedoras de insumos y servicios. Tampoco convence al gobierno el justificativo de irse por la necesidad de reestructurar la producción en un contexto de muchos cambios en el mercado mundial del automóvil.


Menos creíble todavía cuando a Honda se sumó una decisión similar de Nissan, también japonesa, y las advertencias de la estadounidense Ford y de las británicas Jaguar - Land Rover sobre los riesgos de una salida no negociada de la UE. Paralelamente miles de compañías pusieron en marcha planes de contingencia ante la posibilidad de que Londres rompa sus vínculos con Bruselas el 29 de marzo próximo, en forma unilateral.


Es que un Brexit sin acuerdo con la UE haría colapsar los puertos británicos en principio y complicar en adelante los trámites aduaneros por la imposición de nuevas tasas a las importaciones y exportaciones. Muchas cadenas fabriles del Reino Unido cruzan el Canal de la Mancha en ambas direcciones con piezas y componentes para ensamblar un producto final, caso de las automotrices. Los nuevos aranceles, la burocracia y las demoras fronterizas harían inviable la producción.


La fuga empresaria empezó hace un año y Holanda ya captó a 42 firmas británicas, o con sólidas estructuras en el Reino Unido, e intenta atraer a otras 250. Irlanda, Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo tratan de capitalizar las oportunidades del Brexit y han ofrecido numerosas ventajas de radicación.


El derrumbe del PBI británico se reflejaría en el ranking de las mayores economías del mundo. Hasta ahora el Reino Unido se ubica en quinta posición después de Estados Unidos, China, Japón y Alemania, pero este año caería al séptimo lugar después de India y Francia. El Parlamento británico y la primera ministra Theresa May deberán dar respuesta sobre estas consecuencias no deseadas del plebiscito.