Cada año para esta época hay padres, especialmente con familias numerosas, que comienzan a sacar las cuentas de cuánto les va a costar enviar a sus hijos a la escuela y los requerimientos que les tocará afrontar en la etapa inicial que es cuando las instituciones escolares y docentes piden pagos iniciales y una gran cantidad de útiles, entre ellos cuadernos, libros de textos y materiales didácticos. Los primeros días de clases, previstos este año a partir del 1 de marzo, mostrarán una vez más a padres preocupados, recorriendo librerías y demás comercios donde se pueden adquirir los elementos que se les solicitan, sin tener en cuenta la necesidad de algunas familias de comprar ropa y calzado, elementos que también son necesarios para poder asistir a clases. 

Como todos los años, a un poco más de tres semanas del inicio de clases, tanto desde el gobierno como del comercio local, han comenzado a promocionarse algunos kit escolares económicos, y se habla de muchas facilidades para que los padres no tengan inconvenientes en enviar sus hijos a la escuela. Pero estas propuestas sólo cubren una parte de los requerimientos ya que al monto sugerido hay que agregarle otros valores que terminan complicando el panorama, especialmente a sectores de ingresos medios o bajos, que tiene muchos hijos, a los que les cuesta disponer de los recursos para estos gastos. 

Hay kits escolares que van desde los 3.263 pesos hasta los 5.400 pesos y que pueden ser muy completos o básicos, dependiendo de la calidad de los productos. Respecto de los kits más básicos hay algunos que contienen un cuaderno tapa dura Rivadavia forrado de 50 hojas, rayado; una regla de acrílico de 20 cm; una caja de 12 lápices de colores largos; una lapicera Bic; 2 lápices negros; una caja de 6 marcadores de colores; un sacapuntas metálico; una goma para borrar; y una tijera escolar de plástico, entre otros elementos. 

El tema de la cooperadora escolar es recurrente cada año y si bien se ha aclarado que su pago no es obligatorio, es recomendable abonarla para que la escuela cuente con medios, que no proporciona el Estado, para atender asuntos de urgencia en beneficio de los alumnos. 

Dada la acuciante situación económica por la que atraviesa la mayoría de las familias, que deben afrontar este nuevo inicio de clases después de una etapa de muchos gastos representado por las fiestas y el período de vacaciones, es conveniente que los actores de la educación consideren la posibilidad de que las primeras exigencias no coloquen a los padres en una situación incómoda, que ponga en riesgo el envío de los hijos a clases en estos primeros días. 

Sin caer en una simplificación demasiado contemplativa de la situación, se debería iniciar el ciclo lectivo con un mínimo de requerimientos, para que el inicio de clases no sea un pesar, sino por el contrario que esté abierto a todos los sectores, evitando marcar diferencias que no le hacen bien a la sociedad.