Desde el inicio de la actual gestión, el Gobierno nacional está realizando numerosos esfuerzos por combatir el narcotráfico, sabiendo que es uno de los flagelos más enquistados dentro de la sociedad y que requiere de la acción conjunta de todos los actores comunitarios para poder hacerle frente.


Entre los numerosos avances que se han observado en estos últimos tres años se destaca el plan de Fortalecimiento de la Justicia Federal, mediante el cual se ha previsto la creación de 202 nuevos cargos de magistrados en todo el país. Se trata de 94 nuevos jueces, 85 fiscales y 23 defensores que tendrán la tarea de combatir el narcotráfico en los sectores más conflictivos, localizados en ciudades como Rosario, en Santa Fe; la provincia de Buenos Aires; o regiones como la del noroeste y noreste del país. Se ha comprobado que estos puntos son los más activos y que, por lo tanto, requieren de una especial acción para evitar que los narcotraficantes los sigan utilizando como base de las operaciones de distribución de drogas hacia todo el país.


Desde la restauración de la democracia, es la primera vez que el gobierno argentino ha declarado firmemente la lucha contra el narcotráfico, implementándola a manera de política de Estado. Esto nos lleva a tener la esperanza de que en el futuro, sin importar el color político del gobierno de turno, las acciones contra el narcotráfico se mantendrán dentro de lo previsto.


Dentro de las medidas implementadas para combatir el narcotráfico, se fortaleció el Programa de Protección de Testigos, que ofrece seguridad a quienes presenciaron delitos y tienen miedo de denunciarlos. De la misma forma fue aprobada la Ley del Arrepentido, que posibilita a personas que alguna vez participaron de la actividad, denuncien y aporten información.


El programa "Barrios Seguros en las áreas vulneradas" es otro de los recursos a las que se ha acudido, al igual que la creación de la dirección de seguridad externa de las fuerzas de seguridad, para controlar que los efectivos de las fuerzas de seguridad no sean corrompidos por los narcos.


Los buenos resultados ya se están observando, a tal punto que en relación a 2015, el año pasado hubo un 43% más de detenidos y se incautó más del doble de cocaína y nueve veces más de drogas sintéticas. Un logro importante para una tarea que recién comienza y que habrá que intensificar con la participación de todas las provincias y todos los estamentos gubernamentales y de la Justicia.