Las dificultades económicas y sociales por las que atraviesa el país se enmarcan entre las medidas legislativas de carácter populistas que pretende impulsar la oposición en el Congreso y las acciones del Gobierno nacional por sostener un modelo de país que en los últimos tres años no ha logrado consolidar. Ante esta situación, la clave estaría en encontrar un punto de equilibrio que contemple la situación de los sectores más desprotegidos de la sociedad, sin tener que resignar los avances administrativos logrados hasta ahora y que, para muchos, están marcando el camino correcto a seguir. 


Para la jornada de hoy está prevista la discusión de un tema muy sensible, como es el de las tarifas de los servicios públicos. Tanto la oposición como el oficialismo tienen argumentos para defender sus posiciones, pero lo peor que puede pasar es que en esa lucha por imponer voluntades se esfume el objetivo primordial de consensuar acciones en beneficio del país y de sus pobladores.


Es cierto que en la Argentina es difícil alcanzar acuerdos políticos entre sectores antagónicos que luchan por establecer un predominio, pero también es real que estamos ante un punto crucial en el que si no hay consenso en los grandes temas se corre el riesgo de perderlo todo. Esta premisa es valedera para el tema que comienza discutirse hoy, pero también lo es para otros asuntos pendientes como la reforma laboral. En ese punto será fundamental que todas las partes, especialmente el Gobierno y los sindicatos, resignen sus rígidas posiciones para alcanzar un acuerdo. De lo contrario habrá imposiciones o resistencia que no le vienen bien a un país que debe afrontar otros temas como la suba del dólar, la depreciación del peso, y la postergada reactivación de la economía, a lo que se suma ahora la decisión de acudir al FMI en un contexto internacional desfavorable. 


Hay que tomar el ejemplo de muchas naciones del mundo que han superado crisis similares a través de procedimientos como el "diálogo social'' implementado por Holanda en 1950, para resolver controversias económicas y sociales; o España con sus pactos de la Moncloa de 1977, con los que logró superar una situación crítica en un momento muy difícil para ese país. En nuestro caso habría que propiciar algún sistema de consenso que permita alcanzar acuerdos, privilegiando los intereses de la Nación sobre el de cada uno de los sectores que forma parte de la vida nacional.