Argentina viene bregando sin suerte, desde hace años, para integrarse a los acuerdos comerciales del mundo desarrollado, pero con mayor énfasis desde el comienzo del gobierno de Mauricio Macri. El impulso exportador ha sido mayor pero no es fácil alcanzar una meta competitiva: primero debemos ingresar como socio pleno a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).


Para ello nuestro país se encuentra en un proceso de evaluación por parte de 23 comités del organismo internacional a fin de determinar la viabilidad del ingreso, que es un tema complejo por la cantidad de variables para ser consideradas. No obstante, las dificultades para superar los escollos que plantea nuestra cerrada economía ahora parecen son menores y por ello existen mejores expectativas.


Esto surge del análisis requerido para el ingreso que fue considerado en el reciente foro de OCDE realizado en Buenos Aires, con la participación de autoridades de los tres poderes del Estado, empresarios y figuras multipartidarias.


El jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló con crudeza, al cerrar del seminario, las verdades de la frustración gubernamental por la ausencia de las inversiones que se esperaban. Por eso expresó que "Argentina es un país especialista en acumular fracasos', no obstante tener todo lo necesario para jugar en la primera división del mundo desarrollado. Pero sin acuerdos comerciales es improbable un crecimiento sostenido.


Es decir, sin una integración económica al mundo globalizado no tenemos futuro posible. Carecemos de una actitud protagónica al mantenernos encerrados con la idea de sustituir importaciones para vivir con lo nuestro. Hemos perdido mercados tradicionales por falta de competitividad y políticas proteccionistas erradas, de manera que tenemos acuerdos comerciales tan solo con un 10% de los países que buscan nuestros productos.


El ingreso de la Argentina a esta organización de 35 países miembros, que promueve políticas para mejorar el bienestar económico y social alrededor del mundo, no va a solucionar de un día para otro la desequilibrada balanza comercial del país, pero nos va a indicar hacia dónde va el desarrollo. No es lo mismo la gestión individual que aquella sustentada en las instituciones económicas internacionales.