La muerte del enviado de Irán para asuntos iraquíes, Qasem Soleimani, producto de una orden emanada directamente del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es uno de los atentados con mayor repercusión a nivel mundial en las últimas décadas, por las implicancias que el ataque tiene dentro de la tensa relación que mantiene el gobierno norteamericano con el de Irán. Después del bombardeo estadounidense en Bagdad, mediante drones de uso militar, la República Islámica de Irán ha prometido "vengarse'', lo que ha generado una serie de alteraciones en las relaciones internacionales y la posibilidad de un enfrentamiento bélico presidido por acciones terroristas en países de Occidente, particularmente de América. Esta escalada de violencia es la que debe evitarse por todos los medios posibles, intensificando los sistemas de controles que eviten el ingreso a los respectivos países, de miembros integrantes de células terroristas que puedan ser enviados para planear atentados en perjuicio de la población civil, ajena a este conflicto. 


Cada país, incluyendo lógicamente el nuestro, deberá a la brevedad impartir claras instrucciones para que se intensifiquen los controles de las personas que pretenden ingresar al país, ya sea por vía terrestre, aérea o marítima.


Se trata de una situación, a nivel mundial, muy delicada por la que se deben dejar de lado todos aquellos preceptos vinculados a la libertad y la posibilidad que se da en la Argentina para que ingresen y se radiquen personas de cualquier nacionalidad. Los controles deben ser implacables, y ante la menor duda que ofrezca un individuo, investigarlo y, si es necesario, impedir su ingreso obligándolo a que regrese a su país de origen.


Para tener una idea de la gravedad del conflicto en ciernes, el asesinato del general iraní es la operación de decapitación más grande jamás llevada a cabo por Estados Unidos. Tiene más trascendencia que la muerte de Abu Bakr al Bagdadi o de Osama bin Laden, jefes del Estado Islámico (EI) y de Al Qaeda, respectivamente. Según apreciaciones que hacen especialistas estadounidenses en grupos armados chiitas, la reacción iraní no se hará esperar por mucho tiempo, por lo que es necesario que todos los países de Occidente extremen las medidas de seguridad lo más pronto posible, para evitar daños que pueden ser realmente cuantioso tanto en lo material como en lo humano.


Tenemos un país que ofrece muchos puntos débiles en cuanto al control de individuos que ingresan y salen de nuestro territorio. Es hora que los servicios de inteligencia y de seguridad coordinen acciones para evitar cualquier ataque, dentro de este conflicto global en el que la Argentina no tiene ninguna incumbencia.