En comparación con otros países más desarrollados en materia de educación, la Argentina ha tenido hasta ahora menos horas de clases en sus escuelas. La conveniencia de ampliar el horario escolar en una hora reloj más de lo que se venía dictando, surgió como propuesta del Ministerio de Educación de la Nación, con el acuerdo de las provincias que se comprometieron a implementarlo paulatinamente en el transcurso del año. En San Juan se dispuso que la ampliación del horario escolar se haría después del receso de invierno, en 24 escuelas de zonas alejadas, con único turno, para no entorpecer las actividades en aquellos establecimientos en los que funcionan varios niveles de educación.
Esta experiencia piloto debería pronto generalizarse ya que como han señalado muchos expertos en educación, todo lo que se pueda sumar en materia educativa resultará beneficioso para el futuro de la educación y de los propios chicos. Una hora extra de clases, representará a lo largo de lo que resta del año, la posibilidad de alcanzar algunos objetivos que hasta ahora eran imposibles lograr por la gran cantidad de días feriados o de ausentismo, tanto de los alumnos como de los docentes, que afectan al calendario escolar.
Es importante que esta hora extra sea aprovechada con contenidos en los que se observan mayores falencias, tal el caso de Lengua y Matemática, fortaleciendo estas áreas, y que este tiempo extra no se desaproveche en tareas poco productivas o en materias especiales que se pueden dictar en otro momento.
Hay que tener en cuenta que estos 500 chicos sufrirán una alteración en sus rutinas habituales, por lo que hay que prepararlos para reacomodarse a este nuevo horario, tanto para los que concurren a la escuela en turno matutino o vespertino.
De todas maneras se debe tener en claro que por más que se aumente una hora de clase efectiva, la Argentina sigue estando muy atrasada en cuanto a las horas por cada día de clases. El total de horas dictadas a lo largo del año es de aproximadamente 720, lo que equivale a unas 4,3 horas de clase por cada uno de los 168 días de clases reales que reciben los alumnos durante el ciclo lectivo. En comparación, el Centro de Estudios de Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, ha determinado que en forma distinta a lo que ocurre en nuestro país Chile presenta un promedio de 5,8 horas diarias y 1.039 anuales. Otros países que reflejan esta extensión son Costa Rica, Estados Unidos, Dinamarca, Francia y Luxemburgo.
Bien o mal, la jornada extendida, con una hora más de clases, será beneficiosa en la medida que los docentes aprovechen convenientemente este tiempo extra para cumplir con sus planificaciones anuales.
