Desde la década de 1960, la producción mundial de cereales y otros cultivos se triplicó. Esto fue derivado, en gran parte, por el uso intensivo de fertilizantes químicos. Consecuentemente, se registró el mayor crecimiento mundial de población en la historia. Indudablemente, la ausencia de guerras de gran escala, y los adelantos científicos, contribuyeron a esta realidad sin precedentes. La importancia de estos fertilizantes se pondera lo suficiente cuando investigadores como el canadiense Vaclav Smil manifiestan que dos quintas partes de la humanidad están vivas gracias a los fertilizantes. Se estaría hablando de más de tres mil millones de personas. De estos datos resulta incontrovertible la incidencia vital de estos productos químicos e industriales para existencia humana.
Es un hecho conocido que por la invasión a Ucrania por parte de Rusia, los mercados internacionales padecen un descenso y ralentización notables. Entrando en el detalle de los productos que más han sufrido escasez o suba de precios, encontramos justamente a los fertilizantes. Como promedio de los últimos años, Rusia estuvo exportando casi el 20% de los fertilizantes nitrogenados, mientras que Bielorrusia el 40% del potasio, en ambos casos a nivel mundial. Por las sanciones a Rusia, estas exportaciones no se registran, lo que produce un doble efecto negativo para la producción: escasean y los fertilizantes existentes han subido sensiblemente su precio. Con respecto al año 2021, aumentaron alrededor del 78%. En muchas economías nacionales, que poseen monedas débiles respecto al dólar, tal incremento de por sí hace en muchos casos inviable la aplicación de los necesarios fertilizantes, con una merma importante en la producción. Evidentemente, esto deriva en aumentos de precios de los productos agrícolas, por el creciente costo de insumos. Pero también los precios de los productos de la tierra aumentan porque hay menor cantidad en oferta, consecuencia de la menor aplicación de agroquímicos.
China también es productora destacada de fertilizantes, en su caso ha exportado el 10% de la urea comercializada en el mundo. Pero por el desequilibrio internacional de los agroquímicos, no la está exportando. Otro factor más que incide en la escasez y suba de precios.
Muchos agricultores han optado por cultivos que no requieren tantos nutrientes, como la soja. Esto último, productivamente puede funcionar, mas no en función de lo que las necesidades alimenticias humanas indican.
La situación actual, en que en los últimos meses los precios de los cereales aumentaron casi el 70%, en algunos casos puede beneficiar a algunas naciones productoras. Aunque esto resulta relativo, considerando el ascenso de costos de siembra.
