La economía norteamericana está en vías de recuperar sus niveles históricos de productividad gracias al aumento de la tasa de inversión que ha crecido más del 30% entre 2017 y 2018. Esta mejora sustancial se debe al recorte de impuestos sancionado por Donald Trump y a la drástica desregulación puesta en práctica por su gobierno.


Trump está logrando demostrar de esta forma que su estilo de gobierno, tan criticado por muchos, está dando muy buenos resultados en materia económica haciendo que Estados Unidos recupere niveles de décadas pasadas. La inflexibilidad del presidente norteamericano con algunas medidas que, en un principio, parecía que no darían buenos resultados ha hecho posible este fenómeno de crecimiento económico que ya está siendo considerado como un punto de partida para la economía global del siglo XXI, en relación a que la "era Trump'' determina un antes y un después en la historia del capitalismo.


Entre los efectos comprobables de esta mejora, los salarios reales crecieron el 2,9% anual en el segundo trimestre de 2018 y el 2,8% anual en el tercer trimestre, en relación al 1,4% por año que se expandieron en los 12 meses previos. Esto se lo atribuye al incremento de la productividad que fue del 2,5% anual de este período, lo que es muy positivo si se considera que en 2016, inicio de la actual gestión de gobierno, la productividad fue del 0,2 por ciento.


Otro aspecto importante es el de la tasa de desocupación registrada durante este último período que alcanzó el 3,7%, la cifra más baja de las últimas cinco décadas. Esto implica que se crearían entre 2,4 millones y 2,6 millones de puestos de trabajo hasta diciembre de este año, a un promedio de 230.000 por mes. Estos guarismos están dando lugar a otro fenómeno muy particular: en estos momentos en EEUU hay más creación de empleo que personal en condiciones de ocuparlo.


Todo esto se está dando con una inflación de no más del 2% anual.


En sus mejores tiempos, Estados Unidos tuvo una productividad anual del 3 por ciento, por lo que el nivel alcanzado en este último período estaría muy cerca de alcanzar el nivel máximo. Todo esto ofrece muy buenas perspectivas para el desarrollo económico del país.


Hay que tener en cuenta que la economía norteamericana, la mayor del mundo, con un PBI cercano a los 20,4 billones de dólares, había tenido en la última década una serie de altibajos que la había hecho perder su hegemonía.