Además de la infraestructura conviene que los hospitales tengan una conducción administrativa y médica que garantice su proyección a la comunidad. 


La investigación vinculada a la faltante de elementos quirúrgicos del Hospital Rawson, encontrados indebidamente en la Clínica Santa Clara, es un hecho que confirma las dificultades administrativas que tiene este centro de salud, considerado como uno de los más importantes de la provincia, y en el que se ve reflejado el accionar y la política del Gobierno en materia de Salud Pública. 


Los inconvenientes acontecidos dejan en claro que, tanto en este hospital como en el Marcial Quiroga o los demás hospitales departamentales, está haciendo falta optimizar los sistemas de conducción, mediante la implementación de protocolos o manuales de procedimiento que establezcan pautas claras de cómo se debe administrar correctamente un centro de salud. Se debe propender a que los hospitales no estén solo para atender a los pacientes que llegan, sino también para desarrollar un accionar en favor de la comunidad, en base a la prestación de servicios y avances vinculados a la salud. 


Para cumplir con ese propósito, quienes conducen los hospitales deben promover una férrea disciplina en todas sus áreas, con lo que se pueden evitar casos como el del hurto de material quirúrgico o conseguir que el personal disponible cumpla más eficientemente con sus funciones. También se debe trabajar en el mantenimiento de la infraestructura y de la aparatología para asistir al creciente número de pacientes de los hospitales públicos. También es importante que el inventario de pertenencias de cada nosocomio se realice con mayor frecuencia para conocer fehacientemente las existencias de insumos y elementos que posee cada unidad sanitaria. 
En relación a la conducción de los centros de salud es aconsejable contemplar dos aspectos.

Por un lado, la necesidad de crear una dirección administrativa, que esté a cargo de un CEO, experto en leyes o en contaduría, a fin de que se aboque a optimizar los gastos y recursos. Por otra parte, una dirección médica y científica que maneje el hospital, en busca de obtener un mayor rendimiento en cuanto a la atención de pacientes y proyección hacia la comunidad, de la misma forma que lo hacen centros de salud de gran prestigio a nivel nacional, como el Hospital Garrahan de Buenos Aires o los sanatorios Otamendi y Mater Dei. 


Hay otros aspectos a mejorar en la administración de los hospitales, tanto en atención como en tecnología, en busca de alcanzar niveles de excelencia como el modelo español de salud estatal basado en una eficiente interrelación de datos entre hospitales de todo el país.