Se dice que las comparaciones son odiosas, pero en ocasiones se deben hacer cuando están relacionadas con la forma en que ahora se educa a niños y adolescentes con respecto a tiempos pasados. Con este tipo de comparación se puede corregir todo lo que se está haciendo mal, para intentar un cambio y un encausamiento de los jóvenes por el camino de los valores morales.
Así lo entiende un informe vinculado al comportamiento de la juventud que advierte sobre un cambio negativo que se ha dado en los últimos 40 o 50 años. Este cambio se ha dado tan paulatinamente que muchos no se han dado cuenta en que momento se ha ido produciendo y lo han tomado como un fenómeno normal o propio de los tiempos que corren, sin darse cuenta el deterioro social que ha provocado.
La investigación a nivel universitario en el área de las Ciencias Sociales, no sólo incluye a nuestro país sino a Latinoamérica y comprende un diagnóstico básico para llegar a establecer dónde están las causas que han generado esta situación. Asegura que antaño los hijos respetaban a sus padres mucho más que ahora. Además eran obedientes y no se concebía que un joven fumara o tomara alcohol, y menos drogas, por lo que el nivel de adicciones era muy bajo. Llegar tarde a casa en la noche, o no llegar a dormir, era una falta grave sancionada por los mayores.
El mismo informe señala que actualmente el comportamiento es un tanto distinto, con notorios cambios en el respeto y la obediencia a los padres. La imposición de límites por parte de los adultos es mal vista por los jóvenes capaces de generar serios conflictos cada vez ante las exigencias de una conducta mejor.
La "desubicación juvenil” a la que hace referencia la investigación es atribuida tanto al comportamiento de los propios padres como también de los gobiernos, a los que se hace responsable de las políticas vinculadas a la educación sexual, el aborto, las drogas, el matrimonio y la lucha contra la delincuencia.
Ante este panorama corresponde revisar cada uno de esos ítems y hacer que las instituciones y, fundamentalmente los padres, se comprometan más con la educación de sus hijos en base a impartir valores e imponer los límites propios de cada edad.