La crisis hídrica que afecta a la provincia está ocasionando inconvenientes en varios sectores de la producción y los viveros oficiales, tanto provinciales como municipales, no son la excepción. Pero la solución a esta situación no pasa por contar con un mayor caudal de riego para regar las plantas. Pasa por reestructurar estos sitios con el objeto de cultivar especies que tengan un bajo requerimiento hídrico, a fin de comenzar a abastecer a la provincia de plantas que en este momento resultan convenientes, ya sea por la poca agua que necesitan o por su adaptación al medio, sin dejar de lado las plantas ornamentales que siempre son necesarias y requeridas. 


Para alcanzar los objetivos enunciados, la mayoría de los viveros han iniciado un proceso de reconversión que los está llevando a relegar la producción de especies exóticas u ornamentales y priorizar plantas autóctonas como algarrobos, aguaribay, jarilla, álamos y sauces que son las especies que más se adaptan a los requerimientos actuales y al paisaje. En este marco estarían faltando algunas otras especies como el plátano híbrido que es el más común en las calles sanjuaninas por sus características y su resistencia a la falta de agua. En cuanto a la ubicación de estos ejemplares hay requerimientos en varias calles urbanas, suburbanas y rurales que han resultado diezmados en los últimos años. También hacen falta en las rutas que conducen a los principales lugares turísticos de la provincia, principalmente en los diques donde se advierte la carencia de pequeños oasis conformados por árboles que contribuyan con sombra y reparo a quienes eligen visitar esos lugares.


Dentro del proceso de recuperar los viveros, las autoridades que asumieron hace pocos meses en la Dirección de Desarrollo Agrícola, dependiente del Ministerio de la Producción, han implementado un plan de acción con el que pretenden su reactivación, y en el afán de ahorrar esfuerzos han centrado toda la actividad en el Vivero Ingeniero Troti, ubicado en el departamento Rivadavia. En un espacio de 10 hectáreas han focalizado la actividad para contar con los plantines que la repartición pone a disposición de particulares y organismos provinciales. En la actualidad se está haciendo un censo para determinar exactamente las disponibilidades, pero se sabe de antemano que la cantidad de plantas son insuficientes para atender la demanda. También se conoce que el proceso de cultivo de nuevos plantines lleva de dos a tres años, por lo que hay que trabajar desde ya, arduamente, incrementando la producción para contar con las plantas dentro de ese término, sin olvidar el objetivo sugerido de hacer que la provincia tenga en unos años un millón de árboles para lograr mejorar las condiciones ambientales.