El recorte de 30.000 millones de pesos del presupuesto destinado a obras públicas, dispuesto por el Gobierno nacional para reducir el déficit fiscal, no debería afectar los trabajos que están en ejecución en distintos puntos del país. Fue el propio presidente Mauricio Macri el que garantizó a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y al jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que ninguna obra que está actualmente en marcha será alcanzada por el recorte, ya que la cifra indicada estaba en el presupuesto pero no tenían ninguna asignación específica.


De la misma manera, Carlos Vignolo, titular del Plan Belgrano y dirigente del radicalismo, recibió idénticas garantías, lo que en la práctica significa que el proyecto ferroviario, una de las principales apuestas del actual gobierno, seguirá desarrollándose normalmente.


En nuestra provincia, las obras iniciadas con aporte del Gobierno nacional son trabajos de instalación de agua potable y saneamiento, por más de $250 millones. También se ha comenzado con el nuevo sistema cloacal de Valle Fértil y desagües cloacales para la Villa Santa Rosa, en 25 de Mayo. Se ha puesto en marcha la obra hídrica del Acueducto San Juan, por $414 millones y hay un gran desarrollo del plan Procrear que contempla más de 683 viviendas. Pero hay otras obras que están anunciadas o en etapa de licitación, como la red cloacal de Caucete u obras viales como la Ruta 40 camino a Mendoza, o las autopistas desde la ciudad de San Juan hasta Albardón y Caucete, que no se conoce cuál será su destino, al no haberse comenzado todavía. De no ser alcanzadas por la promesa hecha desde la presidencia, se prevé que serán incluidas dentro del plan de financiamiento PPP (Participación Pública Privada), que el Gobierno acaba de lanzar para poder realizar obras de infraestructura sin comprometer el presupuesto nacional.


Más allá de que exista la predisposición de terminar las obras iniciadas, es un hecho que frenar el resto de la obra pública tendrá efectos en la economía y también en la política. Respecto de lo primero se corta un importante flujo de circulación de fondos tanto para el Estado como para los particulares que intervienen, y en cuanto a la política se caen las esperanzas de muchas comunidades de acceder a obras que se están esperando desde hace tiempo y que muchos creían que en esta etapa se iban a concretar.