Tras su reelección como presidente de Francia por un estrecho margen respecto de su principal contrincante, Emmanuel Macron optó por replantear varios aspectos de su gobierno a fin de recuperar el caudal electoral que, evidentemente, perdió en esta última compulsa. Macron obtuvo alrededor de 56,5 % de los sufragios -en la anterior elección el mandatario había alcanzado el 66,1% de los votos- contra el 43,5% que obtuvo la ultraderechista Marine Le Pen, en una clara muestra de acercamiento que se dio en un marco adverso para Macron ya que el balotaje disputado el domingo pasado también arrojó el nivel de abstención de voto más alto en los últimos 50 años, entre el 28 y 29 por ciento. 


Al poco de conocerse el resultado, el Presidente reelecto reconoció que la rabia y los desacuerdos llevaron a muchos compatriotas a votar por la extrema derecha por lo que tendrá que ajustar los lineamientos políticos de su gobierno para dar respuestas a esos sectores disidentes. En este sentido se comprometió a que su segundo período no será solo una "continuidad" de la actual gestión, sino que aplicará lo que ha dado en llamar un "método renovado" para gobernar en esta nueva era. 


El apoyo a Le Pen, que a pesar de la derrota vio interesantemente incrementado su caudal electoral, representa que millones de francés han apostado por el cambio, por lo que la dirigencia de ese sector se ha comprometido a actuar como un "contrapoder fuerte". Además ha dado indicios de que continuará presentando batalla en las próximas elecciones legislativas a realizarse en Junio. 


Por ahora Macron debe abocarse a solucionar los principales problemas planteados por la ciudadanía, muy vinculados a las regulares condiciones económicas y sociales por las que atraviesa la población. 


Por otra parte, el triunfo de Macron fue recibido con beneplácito por parte de los demás integrantes de la Unión Europea quienes consideran que lo mejor que le podía pasar a Francia es que ganara el representante de la democracia liberal en lugar de la candidata de la extrema derecha. 


De otras partes del mundo también hubo satisfacción con el triunfo de Macron al reconocérsele la cooperación brindada en diversos temas, tales como la lucha contra el cambio climático y la defensa de la democracia. 


En esta nueva etapa, Francia debe abocarse a resolver sus problemas internos sin descuidar su vinculación con el panorama internacional. La preocupación por el poder adquisitivo en un contexto de aumento de los precios de la energía y de la alimentación es uno de los asuntos que más movilizaciones han provocado y uno de los principales factores que han incidido en estas elecciones.