La presencia en Buenos Aires de la directora para las Américas del Foreing Office de Gran Bretaña, Kara Owen, fue aprovechada por el presidente provisional del Senado nacional, Federico Pinedo, para plantearle la necesidad de que el gobierno de su país autorice una ruta directa de vuelos privados entre Ezeiza y Mount Pleasant, en las Islas Malvinas, con posible escala en Comodoro Rivadavia.


El pedido tiene carácter extraordinario porque Pinedo tiene un nivel de representación en materia diplomática que va por una vía distinta al canal diplomático de Estado de la Cancillería, que es la que generalmente se encarga de efectuar este tipo de solicitudes.


El mismo Pinedo ya había planteado anteriormente la necesidad de establecer un vínculo aéreo con las Malvinas, en la última internacional interparlamentaria, realizada en Moscú en noviembre pasado.


En la Cancillería están al tanto de las gestiones del Senador, sin embargo hay un comunicado conjunto firmado el año pasado por la Argentina y Gran Bretaña en el que se contempla el tema de la vinculación aérea y otros referidos a las islas como el de la pesca, hidrocarburos y el desarrollo.


Para la Argentina es de fundamental importancia que se establezcan estos vuelos directos desde Ezeiza, ya que contribuirán a estrechar lazos con los pobladores de las islas promoviendo un contacto que prácticamente no existe con el continente.


En relación a esta posibilidad, las autoridades de Argentina y Gran Bretaña están abocados a encontrar una aerolínea en Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay que quiera viajar a las Malvinas. De acuerdo a lo previsto esta situación deberá estar definida para octubre de este año.


El vuelo que se está gestionando es similar a uno que realiza actualmente la empresa Latam, que sale los días sábados de Punta Arenas, en Chile, con una escala mensual en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz.


Conectar Buenos Aires con las islas Malvinas es visto por algunos como un gesto de acercamiento, dentro de las relaciones bilaterales con Inglaterra. Pero para otros es muy poca cosa, teniendo en cuenta que lo que está en juego es el tema de la soberanía, en el que casi no se ha avanzado nada.