Hace unos días en esta misma columna editorial dábamos cuenta de la difícil situación por la que atraviesa África en relación a la pandemia por el coronavirus y destacábamos la necesidad de que todos los países que conforman la comunidad internacional y organismos internacionales debían aunar esfuerzos para ayudar a este continente que es el más atrasado en cuanto a la lucha que se le está dando al Covid-19 por medio de campañas de vacunación que resultan insuficientes, para llegar al menos a cubrir el porcentaje necesario de población que determina "la inmunidad de rebaño". 


Como quedó demostrado, África está desamparado y de esa forma será muy difícil que se pueda fijar una fecha cierta de expiración de la pandemia en todo el mundo. 


Algo parecido sucede en otras regiones del planeta también postergadas que están dando muestras de que ningún país en forma individual puede salir de la situación creada por la pandemia, ya que se necesitan de muchos recursos económicos tanto para la producción o adquisición de vacunas, como para afrontar los problemas económicos y sociales derivados de la inactividad de los períodos de cuarentena o aislamiento. Ha llegado el momento en que los organismos internacionales encabezados por la ONU presenten planes de integración mundial para que la asistencia financiera que se pueda ofrecer a las naciones esté bien orientada. Se deberían implementar a nivel mundial planes similares al Plan Marshall, utilizado al finalizar la II Guerra Mundial para la reconstrucción de Europa. Este plan fue ideado por los Estados Unidos de Norteamérica ante la acuciante situación por la que atravesaba la Europa de post guerra y alcanzó un gran éxito ya que fue la llave de la reactivación económica. 


Encontrar una solución a la situación de los países africanos es necesaria y urgente dado que es el origen de los cientos de miles de personas que cruzan hasta el continente europeo en calidad de refugiados. El riesgo está en que esas personas son muy proclives a transmitir cualquier tipo de enfermedad, en este caso el temible coronavirus que es altamente contagioso y que se propaga a gran velocidad. 


Hay que tener en cuenta que una campaña mundial en contra del coronavirus es, en estos momentos, una de las tareas más complicadas por la logística con la que hay que contar y la disponibilidad de vacunas que por ahora son insuficientes. 


Los gobiernos de los países con mayores recursos deberán mostrarse más solidarios si es que pretenden que la pandemia tenga una fecha de expiración estimativa, de gran utilidad para las proyecciones económicas y sociales.