En momentos que el país requiere del esfuerzo de todos los sectores para intentar superar la difícil situación socio económica por la que se atraviesa, los paro de actividades son medidas que, más allá de expresar la disconformidad por alguna situación determinada y estar justificados, no contribuyen con ninguna solución efectiva, por el contrario implican un atraso en cualquiera de las actividades de las que se trate. En el caso del paro general dispuesto para hoy a nivel nacional por CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina), al que en nuestra provincia adhirió UDAP (Unión de Docentes Provinciales), en reclamo de una urgente regularización de la situación salarial de los jubilados docentes, es una medida que en San Juan va contra la necesidad de dar continuidad en forma normal al ciclo lectivo, en momentos en que en algunas escuelas se ha instrumentado la hora extra de clases, como una medida para mejorar el nivel educativo, posibilitando ampliar y completar los programas de estudio en diversas materias básicas de la enseñanza.
Recurrir directamente al paro de actividades, sin agotar otras alternativas de diálogo ante las autoridades educativas nacionales o tratar de canalizar el planteo por vías que no impliquen que los alumnos pierdan días de clases debería ser, en esta caso, el camino a seguir ya que estamos en un momento en que el país no soporta este tipo de protestas que lo único que provocan es un mayor atraso en el sistema de enseñanza, que luego es imposible recuperar.
La realidad de San Juan nos lleva a considerar que la adhesión al reclamo de CTERA no tendría que haber implicado necesariamente un paro de actividades, especialmente después de los acuerdos a los que el sector docente llegó hace poco con el gobierno de la provincia, obteniendo una mejora salarial considerable y mejores condiciones de trabajo en varios aspectos. La docencia sanjuanina tiene un compromiso especial de garantizar días de clases y contenidos de enseñanza que va más allá de un simple arreglo gremial, y que está más vinculado a un acuerdo de partes con alto contenido ético.
Los alumnos necesitan de claros ejemplos de cumplimiento y superación en la vida diaria. La asistencia a clases es un compromiso que se asume y se debe cumplir y no un instrumento que se lo utiliza en forma indebida cada vez que se pretende ejercer algún tipo de presión contra el gobierno en reclamos determinados. El paro de actividades debe ser la última instancia a recurrir y no la primera, y eso es algo que la sociedad debe comenzar a comprender si se pretende un cambio en esta Argentina.
