Guido Michelini, un joven que alquiló una casa en Monte Hermoso para irse de vacaciones en la costa, mostró en las redes su descontento por el pésimo estado de la vivienda. Colchones viejísimos, puertas que no cierran, un inodoro que pierde… la pesadilla de cualquier persona que alquila una propiedad para veranear y no se encuentra con lo que esperaba.

“¿Qué casa te dan en Monte Hermoso por una semana por 100.000 pesos?”, es el título del primer video de una serie de cuatro que el joven creador de contenidos neuquino publicó en TikTok. Las imágenes se viralizaron enseguida y fueron vistas más de 1,6 millones de veces.

En los videos Michelini hace un recorrido por la casa y muestra el lamentable estado de la propiedad, que según dijo, su papá alquiló por inmobiliaria.

Telarañas por doquier, ventanas sucias, electrodomésticos defectuosos y oxidados, el inodoro y el calefón tienen pérdidas y el agua caliente… ¡sale tibia!

Los problemas de los inquilinos comenzaron apenas llegaron: el garaje es tan chico que el auto no podía pasar. “El auto no termina de entrar al garaje porque no podemos abrir las puertas gente”, explicó Michelini. Luego, mostró un farol “volcado y sin andar” también en el exterior.

El lavadero es otra historia. “Hay cine de terror incluido”, describió. La puerta no cerraba y en el interior había hasta telas sucias en la pileta. “Miren lo que es esto. Las telas de arañas, ropa volcada en un lavamanos”, sostuvo.

En el jardín Guido y sus amigos se encontraron con un enorme barril convertido en cesto de basura (lleno), maderas y rejas oxidadas apoyadas contra las paredes.

Adentro, las cosas no estaban mucho mejor. El modular del comedor tenía “una puerta giratoria que no sabemos bien cómo se abre”, bromeó Michelini, mientras mostraba una puerta casi arrancada del mueble. La cortina del baño es otra de las cosas que también están al borde de romperse.

La cocina fue otra fuente de desagrado. Al abrir el cajón vio que los cubiertos no alcanzaban para los inquilinos. “Casa para seis y me dan dos cuchillos”, lanzó Guido con indignación. La heladera, en tanto, “tiene cierre hermético, la tenemos que empujar para que cierre completa. El congelador, dudoso”, comentó.

El televisor fue otro blanco de sus chistes: “Tenemos una pantalla LED de 40 pulgadas”, ironizó mientras mostraba un antiguo televisor de tubo.

En los dormitorios se encontró con humedad en las paredes, persianas rotas y colchones viejísimos y sumamente blandos, de esos que te aseguran más dolores de espalda que descanso.

Lo único que el estudiante de Comercio Exterior de la Universidad Nacional de Río Negro reconoció como “positivo”, y que explica en parte el precio que se pagó, es que la casa se encuentra a una cuadra del mar y en pleno centro, a pocos metros de la peatonal.

Pero la ubicación ventajosa no compensa las lamentables condiciones de la propiedad. Según dijo, su padre está negociando un reembolso. Y para sumarle a su mala suerte, le tocó una semana de lluvia.