Si tenés TikTok, probablemente en algún momento te salió en “para ti” un video de Charli D’Amelio. Es que la adolescente creó un verdadero emporio gracias a su cuenta @charlidamelio y cada secuencia que sube tiene un mínimo de 2 millones de corazones. Sin embargo, esta fama parece haber empezado a generarle consecuencias en su salud mental.

Comenzó su carrera a los 15 años, publicando videos de sí misma bailando en su habitación y la pegó.En cuestión de dos años, ya tiene más de 124 millones de seguidores solo en esta red social, que se suman a los 43 millones de Instagram y casi diez en su canal de Youtube, en el que sube más que nada vlogs y retos.

Además de todo el contenido que crea diariamente para alimentar sus redes, también ha publicado libro y sacó a la venta sus propias líneas de ropa y maquillaje. Como si esto fuera poco, protagoniza un reality show sobre su vida y se estima que su fortuna, con tan solo 17 años, es de aproximadamente 8 millones de dólares.

El costo de la fama

Ser reconocida y sobre todo, el estar bajo una presión constante, ha hecho que su salud mental comience a pasarle factura. Según contó en su programa, ya no disfruta bailar y hacer el contenido creativo que la caracteriza. “Me siento como si tuviera un ataque de ansiedad constante”, expresó Charli en la serie documental The D’Amelio Show.

Es precisamente en este ciclo que la tiktoker comenzó a mostrar el “lado B” de su exitosa carrera, con el estrés, el agotamiento y el malestar constante que sufre. Gran parte de su problema se debe a la cantidad de haters que la acosan diariamente, cuestionando sus habilidades y el por qué tiene tanto éxito.

“Bailar solía ser lo más divertido en mi vida y ahora no me gusta. Las redes sociales me despojaron de eso”, reveló la bailarina en su reality. Por supuesto que no se está enfrentando a esto sola, sino que recibe el apoyo de su familia, quienes claramente también se han visto beneficiados por el boom de Charli.

“He perdido la pasión por lo que hago, y era algo que solía divertirme mucho. Soy yo la que ha elegido publicar mi día a día, pero recibir estos mensajes me hace daño. Hace que deje de tener ganas de enseñarles más cosas, chicos”, sentenció en el podcast que comparte junto a su hermana mayor.