El 4 de marzo de 2019 fue feriado por Carnaval. Ese lunes, bien temprano, hubo tormentas. Y cerca de las 5 de la mañana se registró un hecho inédito: en el centro del país una franja del cielo quedó iluminada por casi 17 segundos. Todo un récord, literalmente: fue el rayo de mayor duración detectado hasta hoy en todo el mundo.

Así lo certificó este jueves un comité de expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que dio a conocer dos nuevas marcas mundiales. La otra fue la de "mayor alcance" y se dio en Brasil.

"El 4 de marzo de 2019, en el norte de Argentina, se batió un nuevo récord de duración de un rayo que se desarrolló continuamente durante 16,73 segundos", detalló el organismo en un comunicado.

Según los gráficos publicados por la organización, el fenómeno no se dio en el norte del país, sino en la región central, en una franja que va desde el límite entre la Provincia de Buenos Aires y Entre Ríos hasta el sur de Córdoba.

Este registro duplicó el del récord anterior: había sido de 7,74 segundos y se registró el 30 de agosto de 2012 en la Costa Azul (Francia).

Más allá de lo extraordinario de la duración, el rayo récord se dio en medio de un fenómeno bastante habitual. "Ese día se desarrollaron sistemas convectivos de mesoescala, que son un conjunto de tormentas que pueden abarcar una región de 100 0 200 kilómetros. Son frecuentes en el centro y norte del país y suelen generar caída de granizo e inundaciones repentinas", explica Luciano Vidal, doctor en Ciencias de la Atmósfera, del Servicio Meteorológico Nacional.

De hecho, esa región es una de las que tienen mayor cantidad de tormentas con actividad eléctrica en todo el mundo. 

Los rayos que alcanzan estas performances extraordinarias -ya sea de longitud o de tiempo- no son los que caen a la tierra, sino aquellos que se extienden horizontalmente entre las nubes, explica Vidal. Por eso, dentro de un sistema de tormentas, es más probable que se registren en las áreas que tienen lluvias constantes y no en los sectores más "convectivos", es decir, donde hay mayor intensidad de actividad. 

Vista satelital del rayo registrado en la Argentina el 4 de marzo de 2019, que duró 16 segundos y es el más extenso conocido hasta hoy. (OMM)

Seis meses antes, también en Latinoamérica, se había dado otro hecho extraordinario. El 31 de octubre de 2018 se registró en partes del sur del Brasil el rayo de mayor extensión a nivel mundial: 709 kilómetros. Es decir, la distancia que hay que recorrer en auto para ir desde Buenos Aires hasta Córdoba.

En este caso, el registro también es muy superior al de su antecesor: fue de 321 kilómetros el 20 de junio de 2007 en el estado de Oklahoma (Estados Unidos).

"Estos son récords extraordinarios de rayos individuales. Las mediciones de fenómenos extremos ambientales son una prueba viviente de lo que la naturaleza es capaz de hacer, así como de los avances científicos que se han logrado para poder realizar esas evaluaciones. Es probable que existan fenómenos extremos aún mayores y que podamos observarlos a medida que evolucione la tecnología de detección de rayos", dijo el profesor Randall Cerveny, ponente de la OMM sobre los registros mundiales de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

"Esto proporcionará información valiosa para establecer límites en la escala de rayos, incluidos los megarrayos, de interés para la ingeniería, la seguridad y la ciencia", dijo.

La posibilidad de detectar estos rayos aumentó en los últimos años a partir del uso del satélite GOES16, ubicado en el Ecuador a 36 kilómetros de altura. "Cuenta con una cámara de alta sensibilidad que detecta los cambios de luminosidad en el tope de las nubes. Captura imágenes cada 20 segundos y tiene la particularidad de que es un mapeador, te permite hacer seguimiento de cómo se propaga la actividad eléctrica", detalla Vidal.

Los registros de los dos rayos récords se publicaron en la revista científica Geophysical Research Letters de la Unión Geofísica Estadounidense antes del Día Mundial de la Seguridad contra los Rayos, que se celebra el 28 de junio.

Alta peligrosidad

En el comunicado de la OMM, se advirtió que los rayos son un gran peligro que se cobra numerosas vidas cada año. Las conclusiones ponen de relieve importantes preocupaciones de seguridad pública respecto de las nubes electrificadas donde los rayos pueden desarrollarse a través de grandes distancias.

Por eso, recordaron la regla de 30-30: si el tiempo que transcurre entre el rayo y el trueno es menos de 30 segundos, hay que buscar refugio. Y es aconsejable esperar 30 minutos después de que se haya observado el último rayo antes de retomar las actividades al aire libre.