La década de 1980 trajo consigo misma una revolución en los autos argentinos. Ya a fines de los 70, varios modelos comenzaron a modificar sus materiales e incorporaron un mayor nivel de tecnología.

De esa evolución nació el Ford Sierra, todo un ícono. Conocé la historia y el desarrollo del Sierra en esta nota de Dilan Bucchianeri Lima, de la revista Parabrisas.

Poco a poco la mayoría de los vehículos sumaron gran cantidad de plásticos, ya sea en el interior como alrededor de la carrocería, adquirieron displays monocromáticos en los instrumentales o en la consola central, y el confort aumentó notablemente en relación con aquellos autos más “duros” de décadas anteriores.

En el caso de Ford, uno de los encargados de formar parte de ese cambio en Argentina fue el Sierra, más allá de que el Taunus, su antecesor, ya había recibido actualizaciones de diseño y equipamiento de la “nueva era” en 1981, e incluso Falcon, su hermano mayor tampoco tardó demasiado tiempo en sumarse a la tendencia.

Bienvenido al futuro

A comienzos de los años 80, Taunus empezó a convertirse en otro de los veteranos del Óvalo y fue por eso que la marca decidió pensar en un posible reemplazante. En septiembre de 1981, los primeros prototipos de un auto completamente futurista fue presentado en el Salón de París con líneas muy aerodinámicas para la época, denominado concepto Probe III.

Casi un año después, el modelo final de serie conocido finalmente como Sierra se llevaba la mirada de todo el público europeo en el Salón Internacional de Frankfurt (Alemania), especialmente por su aspecto revolucionario. Ese mismo mes (septiembre), los concesionarios de varios países de Europa lo recibieron con los brazos abiertos para ingresar en la “era de la tecnología”.

Con un diseño innovador para la época, el modelo no tardó en ser candidato para "Car of the year" o  "Auto del año" en 1983, pero apenas fue superado por el Audi 100 que se llevó el premio mayor, según los detalles revelados por Ford Sierra Net.

La más deseada

Marzo del 83 fue clave para la gama Sierra, ya que veía la luz la versión XR4i, la clásica variante coupé deportiva que en poco tiempo enamoró al Viejo Continente con alerón doble, plásticos en la zona inferior de los laterales y tres ventanas en los costados. 

Debajo del capot tenía un 2.8 V6 de 150 cv. Es importante recordar que en otros mercados también se ofrecieron versiones similares pero de mayor potencia.

Joyita argentina

La versión XR4 no sólo fue uno de los amores más preciados de los europeos, sino que tras cruzar el atlántico dejó con la boca abierta a gran parte del público argentino, ya que tomaba la posta para reemplazar a la conocida coupé Taunus (GT, SP y SP5).

Como la mayoría de esta clase de autos (coupé), el público objetivo era bastante exclusivo aunque nadie se negaba a rechazar su presencia dentro del mercado nacional, al menos por el simple hecho de poder apreciarlo.

La tarea de continuar el legado de su antecesor no fue fácil ya que del otro lado tenía la Renault Fuego, que se convirtió rápidamente en su archirrival hasta principios de los 90. Ambos modelos se transformaron en dos de los máximos referentes de las coupés nacionales. Se podría decir que la "batalla europea" (Fuego presentada en Francia en 1980; 1981 primeras unidades en Argentina; y 1982, inicio de la producción nacional) también se trasladó a América del Sur.

¿Cómo fue el desembarco del Sierra en Argentina? 

En 1984, con una inversión de 80 millones de dólares, la planta de General Pacheco comenzaba a producir las primeras unidades del nuevo modelo del Óvalo. Fue la primera terminal en sumar la gama completa del Sierra fuera de Europa.

En junio de ese mismo año, el auto del óvalo llegó a los concesionarios argentinos ofrecido en motorizaciones 1.6 de 68 cv y 2.3 de 105 cv, pero nada fue igual después del 5 de septiembre, ya que debutaba en nuestro país la versión XR4 con el propulsor del Ghia (2.3) aunque tras algunos camibios mecánicos en el carburador, escape y árbol de levas abandonaba los 105 cv para alcanzar los 120 cv (2.3 SP).

Ya a comienzos de la década entrante, más específicamente en octubre de 1991, tras siete años en el mercado, la versión XR4 se despedía junto a gran parte de la gama Sierra, donde sólo continuaron la variante LX (entrada de gama) y la Ghia SX, aunque sólo hasta mediados de 1993. El mes anterior al último adiós a la versión XR4, otro de los grandes que abandonaba la industria y el mercado nacional era el Falcon con 494.209 unidades producidas.

Además, a lo largo de su ciclo de vida, la coupé tuvo el honor de participar en el TC 2000, categoría donde se expandió aun más la batalla con la Fuego. Además, en 1988 formó parte de una edición especial por los 75 años de la marca en nuestro país.

Hoy, a 36 años de su lanzamiento en nuestro país y a casi de 29 años de su despedida, podemos decir que el Sierra y más específicamente su variante deportiva XR4, se convirtió en uno de los clásicos argentinos.