Un equipo de científicos perteneciente a la Universidad Estatal de Arizona, EEUU, sugirió en un estudio que la Tierra podría albergar un planeta más que pequeño, fruto de un choque producido hace millones de años. Según plantearon los investigadores, el impacto del planeta Theia contra la Tierra y los restos que se desprendieron de la colisión también podrían haber incidido en la formación de la Luna.

El líder de la investigación, Qian Yuan, planteó que tras el choque, que habría ocurrido en las primeras etapas del plante, hace 4.500 millones de años, partes de ese cuerpo denominado Theia se hundieron, conservándose profundamente en el manto de la Tierra, es decir, en la capa semisólida entre la corteza y el núcleo.

Para lograr su cometido, los geólogos que dieron vida a la investigación lanzaron ondas sísmicas al planeta, notando que debajo de África y del Océano Pacífico la velocidad de las mismas se reducía. Esto sugiere que existe un área de roca más densa en el entorno.

Pero no todo es color de rosas, ya que los investigadores creen que se un desafío descubrir de qué están hechas esas losas, ya que sus partes más profundas se ubican a 3 mil kilómetros debajo del suelo.

Entre los datos relevantes, los científicos descubrieron que las columnas de roca caliente y magma de algunos volcanes de Islandia y Samoa provienen de estos fragmentos.

Al analizar la composición de este magma, los investigadores pueden obtener información sobre la composición de estos misteriosos trozos enterrados.

Según un estudio de 2019, algunos elementos de las columnas volcánicas se remontan a hace unos 4 mil 500 millones de años, cuando Theia supuestamente golpeó la Tierra.