Este fin de semana, en el paso de Gavia, ubicado en el glaciar Presena en los Alpes italianos, se detectó la aparición de la temida “nieve de sangre”.

Conocida como “nieve de sangre”, pero también como “nieve sandía”, el color rojizo que demuestra la nieve se debe a un alga microscópica similar a la Chlamydomonas nivalis: la Ancylonema nordenskioeldii.

La Chlamydomonas nivalis se ubica en zonas polares. Esta alga posee además de la clorofila un pigmento de color rojizo (astaxantina) que se ubica en su envoltura. Esta sustancia actúa a modo de filtro solar, protegiendo al alga de las radiaciones ultravioletas, y permitiendo el paso de otras longitudes de onda necesarias para realizar la fotosíntesis.

Las algas permanecen “dormidas” en zonas donde la temperatura se mantiene bajo cero, pero cuando la temperatura se eleva “despiertan” y se expanden con rapidez.

Biagio Di Mauro, investigador del Consejo Nacional de Investigación de Italia, explicó: “Aquí tratamos de cuantificar el efecto de otros fenómenos además del humano en el sobrecalentamiento de la Tierra. Son fenómenos más naturales, como las algas, pero se puede vincular a la presencia de humanos en estas altitudes con los remontes y el senderismo”.

Di Mauro aseguró que, “el alga que se considera responsable del fenómeno no es peligrosa, y su presencia es un fenómeno natural que ocurre durante la primavera y el verano en las latitudes medias, pero también en los polos”.

A pesar de ello, el glaciar sufre las consecuencias del calentamiento del planeta, tal como se puede observar en las imágenes que compartió el científico en sus redes sociales.