Todo se inició a través de una agencia digital con el objetivo de destacar los buenos valores de las personas que quieren hacer las cosas bien sin sacar ventaja.

Así, cada 27 de junio se convirtió en el Día Nacional del Boludo. La agencia creó en su momento una página web en la que explicaban que “en primer lugar buscamos homenajear a todos nosotros los boludos, que por buscar hacer las cosas bien justamente nos salen mal. Por ser honestos, seguir las normas o buscar el bien común terminamos siendo objeto de burla y desprecio por parte de compatriotas mucho más ‘vivos’ y elocuentes”.

El 27 de junio de 1806 “las autoridades del Virreinato del Río de la Plata, con el ímpetu de hacer bien las cosas y generar diálogo, terminaron entregando Buenos Aires a los británicos. El virrey Sobremonte, nuestro primer boludo patrio importado directamente de España abandonó la capital y se retiró a Córdoba”, aseguraron los fundadores de este día.

También explicaban que querían convertir el día en feriado nacional y pedían una firma virtual para elevar el pedido al Congreso. Hoy esa página no funciona, pero quedó instalada la efeméride.

El término “boludo”, al igual que “pelotudo”, proviene de la época de la guerra de independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra las tropas españolas.

Según indican distintos sitios dedicados a la historia, en la primera fila solían tener lugar un grupo de criollos con mucha habilidad para manejar grandes piedras atadas con tiento y boleadoras. A falta de armas de gran porte, utilizaban esas “pelotas” para atacar los caballos de los realistas que, al desestabilizarse, caían al piso y luego eran atacados por las otras filas.

Al principio era sinónimo de alguien con mucha valentía y habilidad pero que luego fue utilizada con el significado de “no seas tonto, no te pongas en la primera fila de batalla para que te maten”.