Arte sustentable. Emilia Coll enseña cómo reutilizar textiles como un modo de tener un emprendimiento.

Retazos de jean, mangas que fueron acortadas, ese pedacito de tela con un estampado que la gente se resiste a desechar pueden convertirse en algo más, en un nuevo objeto. Ese es el objetivo que se propuso Emilia Coll, diseñadora industrial comprometida con el reciclado de materiales y la creación de piezas sustentables. Para esta sanjuanina se puede estar a la moda modificando y reutilizando lo que se tiene para disminuir la contaminación textil en el mundo. "Ahora existe lo que se llama 'fast fashion', que es la ropa barata que se produce en masa, que se usa y se tira, aparecen muchas colecciones durante el año, nos hacen sentir que estamos pasados de moda y nos incitan a seguir consumiendo. Para producir una sola remera de algodón se usan litros y litros de agua desde que crece la planta, que necesita mucha agua, hasta el producto terminado", aportó Coll que además tiene un posgrado en Diseño de Indumentaria sustentable y cursa otro de emprendimientos sostenibles.


Bajo esas premisas armó un taller de joyería textil, donde enseña a mezclar telas de todo tipo, intervenidas previamente o no, con otro tipo de materiales. La combinación no tiene fin y depende exclusivamente de quien lo arme. "Se puede reciclar ropa, remeras o mangas, vamos juntando telas o retazos de telas que nos gustan y podemos revivirlas o retomarlas, tal vez, usando con la misma remera que armamos las mangas, cortar en pequeños retazos y con eso formar confeccionando nuestras cuentas con las que armar los colgantes, collares, todo depende de la creatividad de cada uno. El material de descarte puede ser cualquier cosa que se nos ocurra para hacer un colgante, desde botellas plásticas, cartón, alguna red que vino en algún alimento. También usamos cosas que no son de descarte pero están en desuso, algún collar que no usamos hace un montón, del que puede servir el cierre, o alguna cadena y eso se combina con las cuentas de tela", detalló la diseñadora.

"Los textiles se pueden transformar de una manera creativa, hay que tener un poquito de lucidez y visualizar cómo se puede convertir para lograr otros objetos". Emilia Coll.

"Me pareció interesante el taller de joyería textil, porque se viene la primavera, además todavía estamos encerrados y les insisto a mis alumnos que usen lo que tienen en la casa, porque además no se puede salir a comprar, sobre todo porque algunos alumnos son adultos mayores" comentó Coll sobre el curso que brinda de manera virtual por una plataforma con clases grabadas.


Generosa con sus alumnos, está convencida de que tienen que dejar fluir su creatividad y si les sirve como salida laboral, bienvenido sea. "Me interesa que ellos puedan emprender, y despegarse del sistema. Cuesta un poco conseguir trabajo, aun siendo profesional. Esta es una forma de autogestionarse también. Quiero enseñar que todos podamos hacer las cosas. No quiero ser la única. Les doy herramientas, les enseño técnicas para que ellos hagan, apunto a darles herramientas para que se animen a diseñar. Ellos diseñan según sus gustos y queda abierta la posibilidad de que puedan hacer algún emprendimiento", sostuvo Emilia quien confesó que su fascinación por los textiles viene desde su niñez. "Nací entre los hilos y telas de mi mamá, porque a ella siempre le gustó. Aunque es pediatra jubilada, siempre quiso ser modista de alta costura. Así que esto de los textiles lo mamé en mi casa, me encanta", compartió la emprendedora que además creó una línea de cuadernos para diseñadores, pensado para ellos por tener distinto tipo de hojas en cada ejemplar, realizados a partir de lotes de papel de librerías que cerraron.

Bijou. Con las telas y distintos procesos logra las cuentas de collares. 


"Vos podés diseñar algo y si no tenés con qué hacerlo, tendrás que volver a replantear el diseño con lo que tengas. Ahí comienza el juego entre el diseño y el arte. Son piezas únicas" apuntó Emilia Coll, quien además de la creación, busca contagiar su entusiasmo por el reciclado, que si las prendas que no se usan ya ni siquiera se pueden regalar, transformarlas en otra cosa como alfombras o maniquíes. "Los textiles se pueden transformar de una manera creativa, hay que tener un poquito de lucidez y visualizar cómo se puede convertir para lograr otros objetos, con algún corte, con pegamento, pintando, o uniendo de diferente forma", explicó con entusiasmo.