Fue un artista prolífico como pocos. Entregado a la música clásica y al tango, sus más cercanos amigos y parientes reconocen en que el maestro Vicente Constanza dio una lección de cómo armonizar las obras populares junto a la excelencia de la música académica. Trabajador incansable por la cultura, dejó una huella imborrable en la historia de San Juan y por ello, hijos y nietos -quienes heredaron su vocación artística- organizaron un concierto homenaje al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte, que ocurrió un 16 de diciembre de 2005. Hoy tendrá lugar el último concierto del ciclo "Brindis con el Arte" en el Club Social, con el auspicio de la Asociación "Amigos de la Música". Y es en ese marco que se recordará la vida y obra de quien fuera violinista y co-fundador de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ y de la Escuela de Música, entre otros "haberes". Para ello, sus hijos Daniel, Lucía y Salvador; y sus nietos Fabricio y Laura (hijos de Salvador) ofrecerán un nutrido repertorio compuesto de música clásica y una selección de tangos y folclore.

En la familia Constanza perdura un legado musical que atraviesa a más de una generación. Primero con sus tres hijos: Salvador, "Nito", profesor de canto y piano en la Escuela de Música y director del Coro Villicum; Lucía, que compone música para canto y de cámara, además de ser pianista. Y Daniel, egresado del Teatro Colón y director del Coro Universitario del Comahue. Y luego sus nietos: Laura (26), cantante popular dedicada al folklore; y Fabricio (23), violinista y a la vez tecladista del grupo Calle Nueva; ambos hijos de Nito.

"Papá tuvo formación escolástica. Pero dicen que los padres viven un poco en sus hijos y fue así que creció mi familia con la música. Siento un gran orgullo haber sido su hijo como lo sienten mis hermanos y sus nietos. Por su manera de ser, de conducirse con los demás, fue todo un caballero apasionado por la música", reflexionó Nito. "Han surgido numerosos seguidores de su obra, ya que él acercó al pueblo el violín y el canto coral", enfatizó el hijo coreuta de Don Vicente.



El pasado del maestro

Vicente nació en Sicilia y a su corta edad de 4 años, subió con sus padres a unos de los tantos barcos con inmigrantes que arribaron a la Argentina de la primera mitad del siglo XX. Al radicarse en San Juan, la familia Constanza se instalaron en Trinidad donde empezaron a ganarse la vida con un almacén de ramos generales y un taller de calzados. Con tan sólo 9 abriles empezó su fascinación por el violín con el Maestro Caroprese, en la que practicaba durante horas en el local. Hasta que a los 14 consiguió lo que más anhelaba cumplir, tocar como primer violín en la Orquesta de San Juan. Desde entonces la carrera de su vida había comenzado.

Mientras estudiaba, tuvo su momento profesional como miembro estable de Radio Graffigna (LV1 Colón) grabando cortinas musicales entre las cuales se destaca la inolvidable actuación del conjunto "The Melody Makers". También fue notoria su participación para crear el Instituto Sanjuanino de Arte (ISA) en la década del "50, al que pasaría a ser después la Escuela de Música de la UNSJ. También contribuyó en la creación de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, del Coro Villicum y de la recordada Orquesta Municipal de Tango.

A los 82 años el maestro Constanza no tenía más fuerzas para seguir combatiendo el cáncer de próstata y su corazón dejó de latir. Sin embargo, su espíritu sigue presente cuando vibran las cuerdas de su violín que heredó su nieto Fabricio. "Nito' recuerda que esa fue su última voluntad antes de morir, que se le entregara su preciado instrumento al joven músico para continuar con el legado de la familia.