Hoy, como cada 20 de julio, muchas casas y también bares de San Juan se llenarán de amigos de todas las edades que se reunirán para celebrar esos caminos compartidos a lo largo de años. A modo de homenaje a esta relación afectiva que de tan importante se ganó su día propio ¡y universal!, DIARIO DE CUYO convocó a un puñado de artistas sanjuaninos, quienes hoy presentan en público a sus mejores amigos (los otros, como buenos amigos que son, no se pongan celosos) y hasta se animan a compartir con los lectores alguna de esas historias que quedaron grabadas a fuego en su memoria. Amistad que nació en la niñez, en la juventud, en la escuela, en el barrio, la que arrancó de la peor manera o en vocaciones comunes. Amigos para reír y para llorar... para bancarse y para festejar... en las buenas y en las malas... amigos. ¡Feliz día!



Daniel Olivares y Jorge Montané


Más conocido como Dany Love, Daniel Olivares (transformista) destaca la amistad que tiene con Jorge Montané (empresario), a quien conoce hace poco más de 20 años.
 

"Desde entonces la vida nos ha topado con momentos buenos, malos, tristes, alegres, etc, de todos supimos salir adelante y seguir creyendo y alimentando nuestra amistad', apunta Dany en la valoración de este preciado vínculo.
 

Un viaje es una de las anécdotas que recuerda. "Siempre recordamos de aquellos tiempos el habernos ido de viaje a mendoza por un fin de semana, con un grupo de amigos, a divertirnos despejarnos pasarla bien, cosas que se estaban dando en los dos primeros días. En el tercero, Jorge comenzó con un dolor de estómago, le compramos todos los analgésicos que conocíamos, pero el dolor no pasaba. Llegó el momento de volverse, algunos comenzaron a irse y se me ocurre decirle dame las llaves de tu auto y vamos al hospital. Terminaron operándolo de urgencia del apéndice, tenía peritonitis y nos tuvimos que quedar 15 días los dos solos por este problema. Gracias a Dios salió todo bien. Fueron 15 días donde pusimos en riesgo todo por estar cuidándonos. Fue como el click que nos faltaba para darnos cuenta el tipo de amistad que teníamos, y que en adelante no nos separaríamos'.


Diego Villegas y Oscar Alaniz


Diego Villegas (cantautor folclórico) y Oscar Alaniz (comerciante) son amigos desde segundo año del Colegio Provincial de Rivadavia, cuando ya prometían que serían padrinos de sus hijos, cosa que ocurrió. Juntos armaron su primer grupo folclórico, Ramadas. Bárbara (entonces novia de Oscar, hoy su esposa) se fue de vacaciones a España 3 meses y Oscar aprovechó para aprender guitarra. "Un día, practicando en una plaza, nos grabaron de un programa de radio y nos invitaron a cantar en vivo. Teníamos nada más que un tema, Perfidia. Luego de interpretarlo nos llovieron los llamados y las invitaciones'. La primera actuación en público fue en una peña en la que, yendo a un ensayo, vieron luz ¡y adentro! "Oscar iba con un pantalón de los Fabulosos Cadillacs, Gustavo Granados con campera de cuero y yo con el pelo largo como jamas lo tuve. ¿Ustedes cantan folclore? nos dijeron' recuerda Diego. Pero la gente empezó a pedirles más y salieron otras invitaciones. Poquito después, mientras practicaban en su "sala de ensayo' -el Parque del Mayo- Pascual Recabarren los sacó al aire en otra radio. Y así se fueron abriendo puertas. "Ese fin de semana volvía de vacaciones Bárbara y cuando mi amigo le contó todo lo que nos había pasado, no le creía', recuerda Villegas. Un día en el parque, dudando de lo sucedido, Bárbara dijo: "A ver, canten algo'. Lo hicimos y nos llevaron a un escenario donde estaba Pascual, que nos bautizó: "Señoras y señores, con ustedes Los del Parque!!!!' Teníamos nada más que tres temas y la gente nos los hizo repetir. Bárbara no podía creer'. No pasó mucho, y los audaces amigos ya estaban compartiendo con El Chango Huaqueño, IntiHuama, Los gajos de Pinono y Ricardo Greguar. "Entremedio nosotros, con semanas de ensayo, subimos... y nos fue brillante'.


Oscar Figueroa y Darío Fajardo


Oscar Figueroa (folclorista) y Dario Ruben Fajardo (técnico electrónico, supervisor en planta indusrial, músico) son amigos hace años, y casualmente, desde hace poco, vecinos. Pero la suya no fue una de esas amistades que comenzaron entre rosas. "Todavía recuerdo ese primer "encontronazo" a fines del 2000. Darío y Alejandro, otro amigo, llegaron de serenata al cumpleaños de amigos en común. Yo, inexperto, me conmoví al verlos ejecutar sus instrumentos, tanto que en un momento me acerqué demasiado a Darío, el bombisto, y de manera casi imprudente (no fue de mala intención, de intruso nomás) puse mi mano en el parche trasero del instrumento. ¡De terror! Es como si estás cantando y te tapan la boca. El bombo, que hasta ese momento sonaba tremendo, pasó a sonar como si golpeara una caja de cartón. Imaginate la indignación de aquellos músicos, que hacían sus primeras armas. Con el tiempo supimos hacernos muy buenos amigos y hasta formamos el grupo Ampakama, primer proyecto musical que recordamos con mucho cariño', contó Oscar. "¿Sí ellos me dijeron algo de aquella vez? Sí, pero muchos años después... ¡me contaron que me querían matar! Les parecía demasiado extrovertido e intruso. Me dijeron que Darío se mordió la lengua y su compañero lo atajó para que no reaccionara', reconoce entre risas. Por eso, cuando se encontraban en alguna peña, "medio que me esquivaban, pero finalmente pudimos conocernos verdaderamente'.


María Elina Mayorga y Nora Bocelli


María Elina Mayorga (directora coral) y Nora Bocelli (profesora) son amigas desde niñas, porque eran vecinas de la calle Rivadavia en Capital. "Mi recuerdos de infancia son felices y eso se debe en especial por la estrecha amistad con Nora, cuya amistad hemos cultivado desde que nacimos hasta el presente. Mientras fuimos vecinas, jugábamos a diario todo el día y nos divertíamos mucho junto a otro numeroso grupo de vecinos de la cuadra y de calles cercanas'.


Las dos amigas aún recuerdas con felicidad los juegos infantiles como "la payana (eligiendo cuidadosamente preferentemente los carozos de damasco), estanciero, diccionario, autitos eléctricos y autitos rellenos con plastilina corriendo carreras por el cordón de la vereda y balanceando su peso, la época de fabricar nuestros propios volantines arqueando con anticipación las cañas y calibrando el peso de la cola de tela para mejorar su vuelo... y los carnavales!!'.

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Pero hay una anécdota que define las travesuras de las amigas. "Nora y yo teníamos cuatro y cinco años cuando nacieron nuestros respectivos hermanos, su hermana Sandra nació en diciembre y mi hermano Ernesto, en febrero. Nuestras madres nos encargaban sacar a pasear a los bebés en los típicos cochecitos de la época.


Un día, nuestros amigos hicieron un circo en el techo de la casa de Nora, que era de dos plantas, encerrando con lonas los pilares del tanque de agua. Y nosotras... abajo con los bebés. Mujeres decididas ya entonces, subimos los cochecitos al primer piso por la escalera del fondo sin que su madre, Lida, nos viera y los dejamos ahí para luego subir nosotras hasta el tanque de agua a participar del "circo vecinal'.


En realidad, fue bastante riesgoso porque cada cochecito cargado con su bebé adentro era mucho peso para dos nenas de 5 años, pero lo hicimos y estábamos muy felices.


En poco tiempo fuimos descubiertas, pero recordamos esa hazaña con mucha alegría y orgullo'



Giselle Aldeco y Gisel Guajardo


¡Hasta con el nombre se mimetizaron! Giselle Aldeco (cantante) y Gisel Guajardo (estudiante del profesorado y la licenciatura en Geografía) son amigas desde hace 15 años. "Nos conocimos en quinto grado del colegio Juan Marcos Zapata, terminamos la primaria juntas e hicimos todo el secundario en el colegio Juan Pablo II. Siempre fue como una hermana para mí y de cariño le digo "Guajer'. Es una persona súper comprensiva, que me ha contenido y ayudado muchas veces. Nos conocemos tanto que con tan solo mirarnos ya sabemos lo que nos pasa', describe la relación Giselle. Y si bien asegura que tienen "mil historias' juntas, esas de la secundaria son inolvidables. "Gisel siempre fue muy cumplidora y me salvaba de todos los trabajos prácticos. Cuando tenía que viajar, me copiaba los deberes para que no me atrasara. ¡Sí hasta nos caímos juntas de las escaleras! Nos raspamos los codos y las rodillas, y de tanto reírnos no nos podíamos levantar', recuerda Aldeco, quien como un regalo sorpresa, cantó en su fiesta de 15. Pero hay una más que no se quiere guardar: "La última anécdota que tenemos juntas fue hace poquito, cuando íbamos a la casa de Alexandra (otra compañera y amiga del colegio) y se me rompió el auto; se nos quedó en plena Av. Libertador. Yo me reía de los nervios y ella me tranquilizaba y me ayudaba a empujarlo hacia la orilla. En las buenas y no tan buenas mi Guajer estuvo siempre', valora la artista.